Campaña: “Cuando discriminamos…
no miramos los zapatos!”
Jueves 27 de noviembre - desde las 15 hs
Senado de la Nación
El jueves 27 de noviembre El Grupo de Mujeres de la Argentina – Foro de VIH – Mujeres y Familia, con el apoyo de la Comisión de Derechos y Garantías del Honorable Senado de la Nación, presentará la campaña “CUANDO DISCRIMINAMOS…NO MIRAMOS LOS ZAPATOS!”, (SCOF08-5) conmemorando también el Día internacional contra la violencia a la mujer y día de la libertad de conciencia (25 de noviembre).
El encuentro se realizará en el Senado de La Nación y en le se presentará esta campaña de interés nacional basada en la difusión del trabajo realizado por la organización en la temática salud sexual y reproductiva en nuestra país, informe de UNGASS- new york, los derechos de la CEDAW, los derechos de familia de la comunidad GLTTBI y encierro, con el fin de la búsqueda de cambios en las políticas de Estado orientadas a la atención, tratamiento y seguimiento de las personas sometidas a prácticas judiciales de encierro.
Con esta Campaña "CUANDO DICRIMINAMOS… NO MIRAMOS LOS ZAPATOS!!!!" se espera fortalecer, difundir y documentar los objetivos de la institución en los derechos de la comunidad mujeres, jóvenes, Personas que viven con VIH - PVVS, GLTTTBI, y personas en encierro, la salud y atención de los mismos desde el Estado.
Ese día se distinguirá también a personas relacionadas al ambiente artístico y activistas que desde su trabajo ayudan en la concientización de esta problemática.
25 de Noviembre 2008
Día Internacional de “No Más Violencia Contra las Mujeres”
es en memoria de María Teresa, Minerva y Patria
fueron asesinadas en este dia en el año 1960 en R Dominicana.
Es por ello que el derecho a tu identidad, a la salud, al cuidado de tu cuerpo,
como el derecho a ser familia…
Nadie puede negártelo, tampoco silenciarte…
Por eso comenzamos esta campaña, ya que la Constitución y los Pactos internacionales te amparan y protegen.
CEDAW - la convención Belén Do Pará, los principios de YOGYAKARTA, etc.
Sumate a CONDERS!!!
Consorcio Nacional por los Derechos
Reproductivos y Sexuales
Acompáñanos!!!... un paso más, para lograr
la igualdad de género y orientación sexual…. |
"CAMPAÑA DE EDUCACION SEXUAL Y REPRODUCTIVA"
Las deficiencias en los servicios de salud reproductiva y salud sexual son causas de casi una quinta parte de la carga mundial de morbilidad y mortalidad prematura, y de una tercera parte de las enfermedades y defunciones de las mujeres en edad de procrear . En la Conferencia de El Cairo, la comunidad internacional adoptó un nuevo concepto, más amplio, de salud reproductiva y derechos reproductivos, inclusive la planificación de la familia y la salud sexual.
La Conferencia exhortó a integrar la planificación de la familia y la atención de la salud maternoinfantil en un conjunto más amplio de servicios, entre ellos los de lucha contra el VIH y las infecciones de transmisión sexual (ITS). Se consideró que la ampliación del acceso a los servicios y la satisfacción de las necesidades y los deseos expresados por las clientas eran condiciones esenciales para reducir el número de embarazos no deseados, mejorar la salud de las madres y frenar la pandemia de VIH/SIDA.
Es por eso que nos hemos sumado a esta campaña. Las accionar institucional son:
*Defensa y promoción de los derechos sexuales y reproductivos. Se pretende haber influido efectivamente en instituciones y organizaciones clave, en función de la promoción y defensa del ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos de hombres y mujeres, en los lugares de encierro y sus familiares.
*Desarrollo de servicios médicos y educativos en salud sexual y salud reproductiva. Se pretende dar servicios de informacion y educativos. Se busca lograr programas de atencion e informacion a los grupos de mayor exclusión (en términos sociales, económicos, culturales, de género, generacionales, étnicos, de orientación sexual, encierro y geográficos) con una perspectiva de interculturalidad, de derechos y de enfoque de género.
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2º CAMPAÑA SALUD SEXUAL REPRODUCTIVA
Estimad@s amig@s:
Les informamos que en la página web de FEIM hemos incorporado información: FEIM en la XVII Conferencia Internacional de SIDA , en la que encontrarán información sobre: la Declaración de la 1º Reunión de Ministros de Salud y Educación de América Latina y el Caribe: “Prevenir con Educación” y la nota del Boletín Nº 10 de UNFPA con declaraciones del ViceMinistro de Educación de Argentina. También una entrevista que me realizó el Suplemento Las 12 de Página 12 sobre mi experiencia en la Conferencia , titulada “Relaciones íntimas: salud y derechos humanos”
Además en Noticias encontrarán la siguiente información:
EL TRABAJO SEXUAL Y EL SIDA
En Argentina, una de cada tres travestis tiene Sida. Los datos se divulgaron en un encuentro entre organizaciones de trabajadoras sexuales y travestis con funcionarios del área de salud y de la OPS. Advierten que las persecuciones y la discriminación alejan al sector del sistema de salud.
· CORDOBA: INFECTADOS DE SIDA POR ACCIDENTE EN HOSPITALES
Dos personas fueron contagiadas de sida accidentalmente cuando les realizaron transfusiones de sangre en dos hospitales públicos de la capital cordobesa en enero pasado, según trascendió este viernes.
· CRIMENES CONTRA MUJERES
En siete meses fueron asesinadas 81, en casos de violencia de género. El dato, para la Argentina , fue revelado por un informe de Amnesty International a partir de información periodística. La organización reclama al Gobierno un plan para combatir la violencia doméstica.
Cordialmente,
Mabel Bianco
Presidenta
Paraná 135 Piso 3 “ 13” (1097) Buenos Aires, Argentina, Tel./Fax (5411) 4372-2763
E-mail: feim@feim.org.ar / www.feim.org.ar
Día Mundial de SIDA, 1 de Diciembre de 2007
DECLARACION de la YWCA Mundial
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Mujeres y niñas deben participar en los procesos de toma de decisiones para asegurar una efectiva respuesta al VIH y SIDA
Este año, el Día Mundial del SIDA se enfoca en el papel del liderazgo para obtener soluciones sustentables para la pandemia del VIH y SIDA. La YWCA Mundial cree que el liderazgo de las mujeres es esencial para cambiar el curso de la pandemia del VIH y SIDA. Como el VIH afecta cada vez más a mujeres y niñas, un acercamiento hacia la equidad de género en la pandemia del SIDA aseguraría unareducción total de la prevalencia del VIH, un mejor acceso al tratamiento y cuidado de aquelllos que lo necesitan y la disminución de la carga de los cuidadores, quienes en su mayoría son mujeres.
En la Cumbre Internacional de Mujeres sobre VIH y SIDA en julio de 2007, la YWCA Mundial reafirmó el papel que las mujeres están tomando en el liderazgo en la respuesta al VIH y SIDA, como ellas mobilizan comunidades para proveer cuidado, crear conciencia sobre la prevención del VIH, colaborar con mujeres que viven con VIH y abogar por políticas y leyes enfocadas en el estigma y la discriminación.
En el Llamado a la Acción lanzado en la clausura de la Cumbre, la YWCA Mundial solicitó a las mujeres y hombres de todas partes a tomar el liderazgo en la reducción del impacto del VIH y SIDA. El Llamado a la Acción sobre VIH y SIDA de
Nairobi 2007, identificó diez áreas claves de acción basadas en las evidencias existentes y en las experiencias de mujeres y niñas alrededor del mundo. En este Día Mundial del SIDA, la YWCA Mundial llama la atención de cuatro áreas que necesitan acción inmediata y un liderazgo personal que asegure que
1) Recursos adecuados estén disponibles para apoyar la capacidad de las mujeres y niñas para liderar el cambio sobre el VIH y SIDA. Como la pandemía del VIH se ha ido feminizando cada vez más, la YWCA Mundial llama a incrementar los fondos para incluir el desarrollo de las capacidades de mujeres y niñas de ser visibles y efectivas en los procesos de toma de decisiones, diseñando soluciones e implementando estrategias que reducirán el impacto del VIH y el SIDA en las comunidades.
La YWCA Mundial se alegra que hayan aumentado el financiamiento mundial para los programas sobre VIH y SIDA, sin embargo, si las soluciones holísticas tienen que ser alcanzadas, el financiamiento deberá aumentar significativamente e ir más
allá de financiar programas tradicionales sobre VIH y SIDA, incluyendo programas de financiamiento y acciones que capaciten a las mujeres y niñas con soluciones estratégicas para reducir el impacto del VIH y SIDA.
2) Mujeres y niñas estén libres de abuso físico, sexual y psicológico. Estudios indican que las mujeres tienen más probabilidades de ser víctimas de violencia sexual que los hombres, por lo tanto, más vulnerables al VIH. A fin de reducir la prevalencia de la infección de VIH los gobiernos y la sociedad civil deben tomar acción contra la inequidad de género y la violencia basada en el género, las cuales les roban a muchas mujeres el control sobre sus cuerpos y vidas.
Las mujeres corresponden al 48% de todas las personas que viven con VIH y la proporción de mujeres infectadas con el VIH esta aumentando en Asia, Europa del Este y América Latina. En África Subsahariana, la región más afectada por el SIDA, 61% de todos los adultos y tres de cada cuatro jóvenes que viven con el virus son mujeres (ONUSIDA 2007). Estos datos demuestran la gran amenaza a la seguridad personal de las mujeres y niñas enfrentan. Hombres y mujeres deben tomar el liderazgo para asegurar que la violencia contra las mujeres sea erradicada y que la seguridad de las mujeres sea garantizada a través de una legislación apropiada y programas que apoyen a las sobrevivientes de violencia
3) Los gobiernos deben poner en práctica sus compromisos por incrementar el acceso a servicios holísticos de salud reproductiva para las mujeres, incluyendo a las mujeres positivas. Los servicios de salud reproductiva deben ser seguros y accesibles para las mujeres. Recientes regulaciones animan a los encargados del cuidado de la salud reproductiva a recomendar la prueba del VIH a sus pacientes, esto representa una preocupación para nosotras ya que las mujeres se convierten en medio de transmisión y portadoras del VIH. Estas leyes se enfocan agresivamente sobre las mujeres embarazadas y esto compromete a los servicios de salud reproductiva y los informes nacionales de prevalencia del VIH.
Un profundo análisis y un permanente diálogo acerca de los derechos humanos de las mujeres embarazadas en relación a la salud sexual y reproductiva y VIH y SIDA deben ser realizados.
4) Mujeres y niñas, incluyendo mujeres que viven con VIH, están participando activamente en los procesos de toma de decisiones a nivel mundial, nacional y comunitario, para brindar soluciones sustentables a la pandemia del VIH y SIDA. El principio de GIPA (sigla en inglés - Mayor Participación de personas que viven con VIH y SIDA) fue adoptado por diferentes gobiernos en la Cumbre de SIDA en París en el Día Mundial de SIDA de 1994. La Llamada de Acción de Nairobi de 2007 llama a mayores compromisos, no sólo involucrando a personas VIH positivas sino que asegurar una participación significativa de parte de ellos. Esto incluye asegurar que las mujeres VIH positivo tengan habilidades y capacidades necesarias para sentarse de igual a igual en las mesas de toma de decisiones.
En la Cumbre Internacional de Mujeres, las mujeres VIH positivo declararon "nada de nosotras sin nosotras". La YWCA Mundial llama a los líderes a romper barrera que privan a las mujeres de acceder a los espacios de toma de decisiones y asegurar que las mujeres que viven con VIH, mujeres y niñas estén activamente involucradas en el desarrollo e implementación de estrategias a la respuesta de la pandemia del VIH y SIDA.
La YWCA Mundial es un movimiento mundial que reúne a 25 millones de mujeres yniñas en 125 países proporcionándoles liderazgo para conseguir justicia, paz, seguridad, salud, dignidad humana, libertad y protección del medio ambiente para toda la comunidad PRINCIPIOS sobre la aplicación DE LA LEGISLACIÓN INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS en relación con la orientación sexual y la identidad de género -
Las mujeres y el VIH /SIDA
DECLARACIÓN DE DERECHOS
DE BARCELONA Y BANGKOK
Al entrar en la tercera década del VIH/SIDA, las mujeres, especialmente las jóvenes y pobres, son las más afectadas. Ya que la desigualdad entre los sexos alimenta la pandemia del VIH/SIDA, es imperativo que las mujeres y las jóvenes se expresen y fijen prioridades para la acción y para liderar la respuesta global a la crisis.
Así que, mujeres y jóvenes de todo el mundo uniros y exigir a los gobiernos, organizaciones, agencias, donantes, comunidades y a los individuos que hagan nuestros derechos realidad.
Todas las mujeres y jóvenes tienen derecho:
A vivir con dignidad e igualdad.
A la integridad física.
A la salud y la asistencia, incluyendo el tratamiento.
A la salvaguarda, la seguridad y a ser libres del temor al daño físico y a la violencia sexual a lo largo de su vida.
A estar libres de estigma, discriminación, culpabilidad y negación.
A sus derechos humanos sin tener en cuenta su orientación sexual.
A la libertad y al placer sexuales.
A la igualdad en sus familias. A la educación y la información.
A la independencia económica.
Estos derechos fundamentales incluyen, aunque sin limitarse, el derecho:
Al apoyo y la asistencia que cubra sus necesidades particulares.
Al acceso a atención sanitaria completa, que sea aceptable, asequible y de calidad, incluyendo las terapias antirretrovirales.
A servicios sanitarios que incluyan la salud reproductiva y la sexual, así como el acceso a un aborto seguro sin coerción.
A un amplio abanico de técnicas preventivas y terapéuticas que respondan a las necesidades de todas las mujeres y las jóvenes, con independencia de la edad, el estado serológico del VIH o la orientación sexual.
Al acceso a técnicas de prevención asequibles y adaptadas a la usuaria, tales como los condones femeninos y los microbicidas, junto con formación de habilidades en negociación y uso de tales técnicas.
A la prueba del VIH después de un proceso de consentimiento informado y a la protección de la confidencialidad de su estado serológico.
A elegir la revelación de su estado serológico en un contexto de salvaguarda y seguridad sin la amenaza de la violencia, la discriminación o el estigma.
A vivir su sexualidad en un contexto de salvaguarda y con placer con independencia de la edad, el estado serológico del VIH o la orientación sexual.
A elegir ser madres y tener hijos con independencia de la edad, el estado serológico del VIH o la orientación sexual.
A una maternidad sana y salva para todos, incluyendo la salud y salvaguarda de sus hijos.
A elegir el matrimonio, formar pareja o divorciarse, con independencia de la edad, el estado serológico del VIH o la orientación sexual.
A la igualdad de género en la educación a lo largo de su vida.
A la educación sexual formal e informal a lo largo de su vida.
A la información, especialmente sobre el VIH/SIDA, con especial énfasis en la vulnerabilidad de las mujeres y las jóvenes debida a las diferencias biológicas, los roles de género y la desigualdad.
A la garantía alimentaria, el agua potable y el refugio.
Al empleo, la igualdad salarial, el reconocimiento de todas las formas de trabajo incluyendo el trabajo sexual y a la compensación por los cuidados y apoyos que presta.
A la independencia económica tales como poseer y heredar la propiedad, y el acceso a recursos financieros.
A la libertad de movimiento y de viaje con independencia de su estado serológico del VIH.
A expresar su identidad religiosa, cultural y social.
A la libre asociación y a ser líder de instituciones religiosas, sociales y culturales.
A liderar y participar en todos los aspectos sobre política, gestión, toma de decisiones, desarrollo de políticas y ejecución de programas.
XIV Conferencia Internacional del SIDA
Barcelona, España.
11 de julio de 2002.
Un esfuerzo global impulsado por Women at Barcelona y Mujeres Adelante con la implicación directa del Grupo Internacional de Mujeres sobre SIDA de la Sociedad Internacional del SIDA y de la Comunidad Internacional de Mujeres que viven con VIH/SIDA.
Declaración de los Pueblos para VIH y SIDA
Presentada en la XV Conferencia Mundial sobre el SIDA
- Bangkok, Tailandia, el 16 de julio de 2004 -
PREÁMBULO
La salud es un asunto social, económico y político y sobre todo es un derecho humano fundamental. La desigualdad, la pobreza, la explotación, la violencia y la injusticia son la raíz de las malas condiciones de salud. Lograr la salud para todos significa que los poderosos intereses que trabajan en contra del bienestar de los pueblos tienen que ser cuestionados, que la globalización comercial y las prioridades políticas y económicas tienen que ser cambiadas drásticamente.
El VIH y SIDA es un tema de desarrollo que llama a la acción social y política. También es un asunto de la salud pública que requiere de intervenciones de salud y médicas orientadas a las personas. Para lograr estas respuestas debe existir democracia, políticas intersectoriales a favor de las personas, buen gobierno y cuentas claras, participación de los pueblos y comunicación efectiva y deben quedar establecidas en las normas internacionales sobre derechos humanos aprobadas por los diferentes países.
Además, deben abordarse las necesidades especiales de las mujeres, los niños y las niñas infectadas, sus dependientes y cuidadores.
En el contexto actual, esta Declaración reconoce el impacto devastador de la guerra y los conflictos para los sistemas de salud y como logra amplificar las vulnerabilidades de las personas en lo que respecta el VIH y SIDA.
Esta Declaración se basa en perspectivas de comunidades afectadas e infectadas con el VIH y SIDA y aquellas vulnerables a la infección. Estimula a las personas a desarrollar sus propias soluciones y busca que las autoridades locales, gobiernos nacionales, organismos y empresas internacionales cumplan con sus promesas y responsabilidades.
VISIÓN
Según se estipula en la Declaración para la Salud de los Pueblos: “La equidad, el desarrollo ecológicamente sostenible, la justicia social y la paz son los ejes centrales de nuestra visión de un mundo mejor – un mundo en el cual la vida saludable para todos sea una realidad; un mundo que respete, aprecie y celebre toda vida y diversidad; un mundo que permita el florecimiento de talentos y habilidades para enriquecernos unos/as a otros/as; un mundo en el cual las voces de los pueblos guíen las decisiones que afectan nuestras vidas.”
PERSPECTIVAS
La pandemia del SIDA es una de las crisis humanitarias más grandes de todos los tiempos. Ha causado muerte y miseria, ha destruido familias y comunidades, ha entorpecido el desarrollo y con un solo golpe dio marcha atrás a los avances en salud obtenidos después de décadas. El VIH y SIDA ya está arrasando con una generación en África. Dos décadas después de que inició la epidemia, la enfermedad sigue expandiéndose rápidamente, logrando introducirse firmemente en todas partes del mundo.
El VIH y SIDA se propaga a través de rutas de inmigración creadas por la globalización del comercio. La angustia social y económica creada por conflictos, guerras, desastres, comercio internacional parcializado y políticas económicas injustas, hacen que más y más personas sean vulnerables a la infección.
La histórica Declaración de Alma Ata de 1978 prometió Salud para Todos para el año 2000 mediante la atención primaria en salud. La verticalización, prioridades económicas cambiantes, invasión de intereses privados en la toma de decisiones políticas y la falta de voluntad política, han resultado en el fracaso total de los sistemas de salud pública y de atención primaria en salud durante la década de los ochenta y los noventa. La propagación del VIH y SIDA también contribuyó a que estas metas no se cumplieran.
La pobreza, la hambruna y la mala salud se están incrementando a raíz de políticas económicas neo-liberales. En este contexto, se requieren urgentemente sistemas de salud integrados y con recursos adecuados, basados en la salud pública y la atención primaria de la salud.
La falta de sensibilidad y capacitación para el personal de salud han creado actitudes negativas hacia las personas que viven con VIH/SIDA. Estas actitudes y prácticas resultan en estigma y discriminación que dificultan las intervenciones.
Es primordial asegurar que la atención de la salud sea segura y que las personas que reciben tratamiento en las instalaciones de salud no estén expuestas al VIH u otras infecciones.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN
Para los Pueblos y Movimientos Sociales
- Movilizar y fortalecer la capacidad de las comunidades para la promoción de la salud, prevención de enfermedades y atención.
- Empoderar a mujeres y jóvenes como actores claves en las intervenciones del VIH.
- Construir alianzas entre las redes de personas que viven con VIH/SIDA, movimientos de mujeres, activistas sociales y de salud, sindicatos, grupos estudiantiles, académicos y otras comunidades progresistas.
- Intensificar la campaña para el acceso equitativo y universal al tratamiento con antirretrovirales (ARVs) a través de un sistema generalizado de atención primaria.
- Facilitar medidas legales y campañas masivas para cambiar regímenes de derechos de propiedad intelectual que elevan los precios de los medicamentos.
- Oponerse a las políticas dictadas por instituciones financieras multilaterales y comerciales que no toman en cuenta el derecho de los pueblos a la salud y a la atención de la salud.
- Exponer los vínculos que hay entre la propagación del VIH y SIDA y las determinantes sociales subyacentes tales como pobreza, guerra y desplazamiento y participar en los esfuerzos para reparar estas injusticias.
Para los Profesionales y Trabajadores de la Salud
- Brindar atención responsable y tratamiento de calidad para las personas que viven con VIH/SIDA.
- Poner un alto al estigma y discriminación en las instituciones de atención y tratamiento.
- Respetar los derechos de los pacientes a la dignidad y privacidad.
- Seguir principios éticos y regulatorios en las pruebas de medicamentos.
- Proporcionar adecuadas medidas preventivas para evitar la transmisión de infecciones en instituciones de atención de la salud.
- Apoyar las iniciativas del Movimiento de Salud de los Pueblos (People’s Health Movement) que abordan los temas sociales, políticos y económicos más importantes.
Para los Gobiernos
- Desarrollar y fortalecer enfoques generalizados basados en la atención primaria en salud para incluir intervenciones de VIH y SIDA.
- Fomentar la participación de individuos y sociedad civil en la planificación e implementación.
- Garantizar mayor participación de las personas que viven con VIH/SIDA en todos los niveles.
- Garantizar la salud ocupacional de trabajadores de la salud.
- Aumentar el acceso a servicios básicos para personas que viven con VIH/SIDA.
- Garantizar el suministro fácil, asequible y sostenible de ARVs genéricos de calidad y otros medicamentos esenciales.
- Asignar suficientes recursos para la salud pública.
- Implementar directrices para pruebas clínicas transparentes, científicas y éticas.
- Proporcionar insumos nutricionales y apoyo psicosocial para la atención del VIH y SIDA.
- Desarrollar programas para la educación sobre destrezas para la vida y el empoderamiento de la mujer en temas de salud.
- Promocionar sistemas de medicina tradicionales con suficientes recursos.
- Promocionar políticas y programas de reducción de daños para todos los sectores vulnerables, incluyendo trabajadores de sexo, consumidores de drogas, minorías sexuales, niños y niñas de la calle.
Para las Empresas
- Colocar a las personas por encima de las ganancias.
- Hacer disponibles pruebas de diagnóstico y pronóstico accesibles.
- Garantizar la disponibilidad de ARVs y medicamentos esenciales a precios asequibles.
Para la OMS y ONUSIDA
- Desarrollar un enfoque general que fortalezca la atención primaria de la salud y sistemas de salud, incorporando indicadores de progreso.
- Poner fin a todos los programas verticales de enfoque limitado.
- Instar a todos los gobiernos a seguir las Directrices Internacionales de la ONU sobre el VIH/SIDA y los derechos humanos.
- Incluir países no prioritarios en la iniciativa 3x5.
- Tomar las medidas necesarias en “países de baja prevalencia”.
- Iniciar acciones inmediatas en los países del África Subsahariana.
Para el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio
- Asumir la responsabilidad por los desastres sociales causados por las políticas macroeconómicas anti-pobreza.
- Condonar las deudas de los países pobres, especialmente de aquellos identificados como vulnerables al VIH y SIDA.
- Poner fin a los tratados de libre comercio, privatización de servicios básicos y la comercialización de la atención de la salud.
- Financiar intervenciones de VIH y SIDA con donaciones en lugar de préstamos.
- Eliminar las patentes farmacéuticas que afectan negativamente la disponibilidad de medicamentos genéricos.
Convocamos a individuos y organizaciones a respaldar e implementar la Declaración para VIH y SIDA, y que se unan al Movimiento de Salud de los Pueblos (People’s Health Movement).
MSP tiene una presencia activa en alrededor de 100 países.
Basado principalmente en la Declaración para la Salud de los Pueblos del Movimiento de Salud de los Pueblos (People’s Health Movement) y desarrollado mediante un proceso de participación activa involucrando a personas de diferentes sectores, incluyendo personas que viven con VIH/SIDA.
Para más información contactar a:www.phmovement.org - E-mail: info@iphcglobal.org
Oficina Internacional del Trabajo Ginebra
Organización Internacional del Trabajo
Organización Mundial de la Salud
Directrices mixtas OIT/OMS sobre
los servicios de salud y el VIH/SIDA
Ginebra, 2005.Oficina Internacional del Trabajo Ginebra
Organización Internacional del Trabajo
Organización Mundial de la Salud
Proyecto de directrices mixtas OIT/OMS
sobre los servicios de salud y el VIH/SIDA
Reunión tripartita de expertos para elaborar directrices mixtas OIT/OMS sobre los servicios de salud y el VIH/SIDA
Se reservan todos los derechos. Las publicaciones de la Organización Mundial de la Salud pueden solicitarse a Ediciones de la OMS, Organización Mundial de la Salud, 20 Avenue Appia, 1211 Ginebra 27, Suiza (tel.: +41 22 791 2476; fax: +41 22 791 4857; correo electrónico: bookorders@who.int). Las solicitudes de autorización para reproducir o traducir las publicaciones de la OMS Œ ya sea para la venta o para la distribución sin fines comerciales Œ deben dirigirse a Ediciones de la OMS, a la dirección precitada (fax: +41 22 791 4806; correo electrónico: permissions@who.int).
Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, por parte de la Organización Mundial de la Salud, juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto del trazado de sus fronteras o límites. Las líneas discontinuas en los mapas representan de manera aproximada fronteras respecto de las cuales puede que no haya pleno acuerdo.
La mención de determinadas sociedades mercantiles o de nombres comerciales de ciertos productos no implica que la Organización Mundial de la Salud los apruebe o recomiende con preferencia a otros análogos. Salvo error u omisión, las denominaciones de productos patentados llevan letra inicial mayúscula.
La OMS ha adoptado todas las precauciones razonables para verificar la información que figura en la presente publicación, no obstante lo cual, el material publicado se distribuye sin garantía de ningún tipo, ni explícita ni implícita. El lector es responsable de la interpretación y el uso que haga de ese material, y en ningún caso la Organización Mundial de la Salud podrá ser considerada responsable de daño alguno causado por su utilización.
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Primera edición 2005
Las denominaciones empleadas, en concordancia con la práctica seguida en las Naciones Unidas, y la forma en que aparecen presentados los datos en las publicaciones de la OIT no implican juicio alguno por parte de la Oficina Internacional del Trabajo sobre la condición jurídica deninguno de los países, zonas o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos, estudios y otras colaboraciones firmados incumbe exclusivamente a sus autores, y su publicación no significa que la OIT las sancione.
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Las publicaciones de la OIT pueden obtenerse en las principales librerías o en oficinas locales de la OIT en muchos países o pidiéndolas a:Publicaciones de la OIT, Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211 Ginebra 22, Suiza. También pueden solicitarse catálogos o listas de nuevas publicaciones a la dirección antes mencionada o por correo electrónico a: pubvente@ilo.org.
Vea nuestro sitio en la red: www.ilo.org/publns.
Impreso por la Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, Suiza..TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc
Prefacio al proyecto de directrices
Las presentes directrices son el producto de la colaboración entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). En vista de sus mandatos complementarios, su larga y estrecha colaboración en el área de la salud enel trabajo, y su más reciente asociación como copatrocinadores del ONUSIDA, la OIT y la OMS decidieron unir sus fuerzas para ayudar a los servicios de salud a crear las capacidades necesarias para proporcionar a sus trabajadores un entorno laboral seguro, saludable y decente, como la forma más eficaz para reducir la transmisión del VIH y otros virus de transmisión sanguínea y para mejorar la asistencia prestada a los pacientes. Todo ello es esencial cuando los trabajadores de los servicios de salud deben no sólo prestar los servicios habituales de asistencia sanitaria sino además ofrecer servicios de VIH/SIDA y gestionar la administración y control a largo plazo de los tratamientos antirretrovíricos (TARV) en un momento en el que, en muchos países, ellos mismos se encuentran diezmados por la epidemia.
El Consejo de Administración de la OIT decidió en su 290.ª reunión en junio de 2004 que había que celebrar una reunión de expertos para elaborar unas directrices mixtas OIT/OMS sobre los servicios de salud y el VIH/SIDA. En la 291.ª reunión del Consejo de Administración en noviembre de 2004, se decidió que la reunión de expertos se celebrase del 19 al 21 de abril de 2005. La reunión estaría compuesta por los siguientes miembros: cinco expertos designados tras consultar con los gobiernos de cinco países seleccionados por la OMS de acuerdo con la OIT, cinco expertos designados tras consultar con el Grupo de los Empleadores del Consejo de Administración de la OIT y cinco expertos designados tras consultar con el Grupo de los Trabajadores. Asimismo, se nombraría a un presidente independiente, designado tras consultar con el gobierno de un sexto país. De acuerdo con la OMS, también se decidió que el objeto de la reunión fuese discutir y adoptar una serie de directrices entre la OIT y la OMS sobre los servicios de salud y el VIH/SIDA.
Abreviaturas
GHSS Estrategia mundial del sector sanitario (OMS)
HBG Inmunoglobulina para la hepatitis B
HCAM Gestión de los desechos generados por la atención de salud
NU Naciones Unidas
OIT Organización Internacional del Trabajo
OMS Organización Mundial de la Salud
ONG Organización no gubernamental
ONUSIDA Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA
PPE Profilaxis posterior a la exposición
SIDA Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
SST Seguridad y salud en el trabajo
TARV Tratamiento antirretrovírico
UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
VHB Virus de la hepatitis B
VHC Virus de la hepatitis C
VIH Virus de la inmunodeficiencia humana.
Introducción
1. La epidemia del VIH es un problema global y un tremendo desafío para el desarrollo y el progreso social. Muchos de los países más pobres del mundo se encuentran entre los más afectados en cuanto al número de infecciones y al nivel del impacto de la epidemia. La gran mayoría de las personas que viven con el VIH/SIDA son adultos en edad de trabajar; de ellas, casi la mitad son mujeres, las cuales se infectan en la actualidad a un ritmo mayor que los hombres. Las consecuencias revierten en las empresas y en las economías nacionales, así como en los trabajadores y sus familias.
2. De momento no existe vacuna alguna para prevenir el VIH ni remedio para curar la enfermedad. La prevención descansa en las campañas de sensibilización pública y en la modificación de los hábitos de las personas, lo que requiere tiempo y paciencia. En cuanto al tratamiento, la creciente eficacia y asequibilidad de los antirretrovirales ha contribuido a preservar la salud de quienes tienen acceso a los medicamentos, así como a prolongar sus vida y a mantener sus medios de sustento. Las iniciativas y los esfuerzos conjuntos de los Estados, los empleadores y las organizaciones internacionales se están centrando en acelerar el acceso a los antirretrovirales en los países más afectados y en intensificar las campañas de prevención a nivel global. No obstante, para poder tratar a un gran número de personas es necesario contar con un sistema eficaz de atención de la salud con el que se pueda administrar y supervisar el tratamiento, al tiempo que se garantiza una prevención continuada y se proporciona asistencia y apoyo a largo plazo.
3. Las presiones que soportan los sistemas de salud son enormes. Aunque la atención de la salud es un derecho humano básico 1 y que más de 100 millones 2 de trabajadores de la salud están prestando sus servicios en todo el mundo, el objetivo de "salud para todos" dista mucho de ser alcanzado. Se han identificado obstáculos en distintos niveles, entre los cuáles cabe citar: las políticas de ajuste estructural, que han conllevado la reducción del gasto público y del empleo; la debilidad de la gestión de las políticas y estrategias relativas al sector de la salud, y la falta de infraestructura, equipo y recursos humanos, que ha menoscabo la prestación de la asistencia médica 3 . Los problemas en materia de recursos humanos identificados por la Organización Mundial de la Salud son la falta de personal de la salud, su bajo nivel de calificaciones, su poca motivación y la diferencia abismal existente entre la formación inicial y la formación en el empleo. La epidemia del VIH es un importante factor adicional que está desbordando los sistemas de salud de algunos países. En los países de Africa Subsahariana, más del 50 por ciento de las camas de los hospitales están ocupadas por personas con enfermedades relacionadas con el VIH, aunque la mayoría de los enfermos reciben los cuidados en sus hogares. La atribución tradicional de las tareas domésticas y de cuidado de los familiares a las mujeres y a las niñas significa que éstas deben hacerse cargo en mayor medida del cuidado de estos enfermos. Esto no sólo supone para ellas una carga de trabajo adicional, sino que también socava sus funciones productivas, reproductivas y comunitarias, las cuales son de vital importancia.
4. Los sistemas que ya de por sí son inadecuados para hacer frente al problema se ven debilitados aun más por los fallecimientos ocasionados por el SIDA y por la incapacidad 1 La expresión "derecho a la salud" es una forma abreviada de la locución "derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental".
2 Human Resources for Health: Overcoming the Crisis, Joint Learning Iniciative (Harvard, 2004).
3 OMS: Scaling up HIV/AIDS care: service delivery and human resources perspectives (Ginebra,2004), http://www.who.int/entity//hrh/documents/en/HRH_ART_paper.pdf..2 de una gran parte del personal de salud. El sector de la salud se caracteriza especialmente por el hecho de que su fuerza de trabajo, al proporcionar cuidados a los pacientes con VIH, corre también el riesgo de infectarse. Aun siendo bajo, este riesgo aumenta cuando no se respetan las normas mínimas de seguridad y salud en el trabajo. El mayor volumen de trabajo resultante de la epidemia, el temor a la infección y la falta de medidas adecuadas de seguridad y salud o de formación específica relativa al VIH conllevan que los trabajadores de la salud soporten una enorme carga psicológica y psíquica. Esto se suma a la escasez de personal, a las largas jornadas laborales, al estrés y a la violencia. Muchos trabajadores están dejando la profesión, abandonando el sector público o emigrando a otros países en busca de trabajo. Dadas las connotaciones negativas asociadas a las profesiones sanitarias, cada vez hay menos candidatos a ejercerlas en los países en desarrollo, especialmente en lo que respecta a las profesiones de primera línea como la enfermería. Esto exacerba la escasez preexistente de personal y el estrés laboral.
5. Es esencial ampliar la fuerza de trabajo de los servicios de salud y proporcionarle una buena formación y un entorno de trabajo seguro para poder frenar la transmisión del VIH y prestar asistencia, tratamiento y apoyo a los que los necesitan. La multiplicidad de cuestiones que ello implica requiere la aplicación de políticas coherentes e integradas con miras a crear la infraestructura y las capacidades humanas y técnicas necesarias. En este sentido, los gobiernos tienen la obligación de aplicar las disposiciones de la Declaración de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA 4 de las Naciones Unidas de 2001, en las que se recoge el compromiso por fortalecer los sistemas de atención de la salud y de ampliar el tratamiento, así como de hacer frente al VIH/SIDA en el mundo del trabajo mediante una mayor prevención y la puesta en marcha de programas de atención de la salud en los lugares de trabajo públicos, privados e informales.
Objetivo
6. El objetivo de estas directrices es promover una gestión adecuada del VIH/SIDA en los servicios de salud, de forma que se garantice a los trabajadores del sector condiciones de trabajo decentes, seguras y saludables y se proporcione a los pacientes un cuidado eficaz en el respeto de sus necesidades y derechos, en especial a aquellos que viven con el VIH/SIDA. Estas directrices descansan en el principio básico de que la elaboración y la aplicación de las políticas deberían ser el resultado de un proceso de consultas y colaboración entre todas las partes afectadas, proceso que debería basarse en el diálogo social e incluir en lo posible a las personas y a los trabajadores que viven con el VIH/SIDA. En ellas se adopta un enfoque del VIH/SIDA basado en los derechos, tal como se promueve en la Declaración de compromiso y como aboga la comunidad internacional
en general.
Alcance y contenido
7. Estas directrices están destinadas a los gobiernos, a los empleadores públicos o privados, a las organizaciones y a los representantes de los trabajadores, a las asociaciones profesionales, a las instituciones científicas y académicas y a todos los demás grupos y órganos cuyas responsabilidades y actividades guarden relación con la prestación de servicios de atención de la salud. Están concebidas como base para la política práctica y como referencia técnica a la que pueden recurrir las estructuras de atención de la salud de 4 Declaración de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA, Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas A/RES/S-26/2, agosto de 2001. pequeña, mediana o gran envergadura, ya sea en su forma original o adaptándolas a sus propias necesidades y capacidades.
8. Estas directrices abarcan la legislación, la elaboración de políticas, las relaciones laborales, la seguridad y la salud en el trabajo y otras cuestiones técnicas. En ellas se examinan las bases para la acción, se definen funciones y responsabilidades, y se establecen las principales políticas y medidas necesarias para la gestión adecuada del VIH/SIDA en los servicios de salud, incluyéndose referencias esenciales en cada sección. Además, se ofrece información práctica sobre los aspectos técnicos más relevantes de la seguridad y la salud en el trabajo en forma de hojas informativas concisas, las cuales se elaboran a partir de los datos proporcionados por diversas fuentes fidedignas tanto internacionales como nacionales.
Principios
9. Las directrices reflejan los diez principios fundamentales del Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre el VIH/SIDA y el mundo del trabajo, que se aplican a todos los aspectos del trabajo y a todos los lugares de trabajo, incluido el sector de la salud. Estos principios se resumen a continuación:
a) Un problema de ámbito laboral: El VIH/SIDA constituye un problema de ámbito laboral porque afecta a los trabajadores y porque el ámbito laboral puede desempeñar una función esencial en la limitación de su propagación y en la atenuación de sus efectos.
b) Acabar con la discriminación: No se debería discriminar o estigmatizar de forma alguna a los trabajadores por el hecho de estar real o supuestamente infectados por el VIH.
c) Igualdad entre hombres y mujeres: Una mayor equidad en las relaciones de género y la potenciación de la mujer son indispensables para prevenir la propagación del VIH y ayudar a las personas a hacer frente a su impacto.
d) Un ambiente de trabajo sano: El riesgo profesional deberían minimizarse en el
lugar de trabajo, y éste debería adaptarse a la salud y las facultades de los
trabajadores.
e) Diálogo social: El éxito de las políticas y de los programas contra el VIH/SIDA requiere la cooperación y la confianza entre los empleadores, los trabajadores y los gobiernos.
f) Eliminación de las pruebas de detección a los efectos del empleo: Las pruebas de detección del VIH en el lugar de trabajo deberían realizarse de la forma especificada en el Repertorio, ser voluntarias y confidenciales y no utilizarse nunca para detectar una eventual seropositividad de los solicitantes de empleo o de los empleados.
g) Confidencialidad: El acceso a los datos personales, incluidos aquellos relativos a la eventual seropositividad de un trabajador, debería regirse por las normas de confidencialidad enunciadas en los instrumentos vigentes de la OIT 5 . 5 Véase el anexo 2..4
h) Continuación de la relación de trabajo: Los trabajadores con enfermedades relacionadas con el VIH deberían poder trabajar en condiciones apropiadas mientras sean médicamente aptos para ello.
i) Prevención: Los interlocutores sociales se encuentran en una situación inmejorable para promover los esfuerzos de prevención mediante la información, la educación y el fomento de la modificación de los hábitos.
j) Asistencia y apoyo: Todos los trabajadores tienen derecho a unos servicios médicos asequibles y al disfrute de las prestaciones de los regímenes obligatorios y profesionales.
Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre el VIH/SIDA y el mundo del trabajo
Marco jurídico y de políticas
10. El marco de acción relativo al VIH/SIDA y a los servicios de salud está constituido por un abanico de leyes y políticas nacionales, a saber: políticas nacionales relativas al sector de la salud y el SIDA, legislación laboral, leyes contra la discriminación, y legislación referente al sector de la salud.
Función de los gobiernos
11. La responsabilidad de los gobiernos consiste en velar por que se adopte un enfoque coordinado en todos los sectores, promover y apoyar las normas más ambiciosas posibles en los servicios de salud, en especial en lo que respecta a las condiciones de trabajo y al cuidado dispensado a los pacientes, y asignar los recursos adecuados. La elaboración y la aplicación exitosas de las políticas y leyes nacionales requieren un proceso de consultas exhaustivas con los empleadores y los trabajadores de los servicios de salud, las personas que viven con el VIH/SIDA y todas las demás partes interesadas, así como sistemas de aplicación eficaces.
12. En el contexto particular del sector de la salud, los gobiernos se encargan de la elaboración y la aplicación de las normas, al tiempo que hacen las veces de empleadores. Los gobiernos deberían velar por que dichas funciones se mantengan separadas con el fin de minimizar los conflictos de intereses y proteger los derechos de los trabajadores de forma adecuada. Los gobiernos, en colaboración con los empleadores, los trabajadores y los demás responsables de los servicios de salud deberían establecer el marco normativo adecuado y, cuando proceda, revisar las leyes laborales y otras normativas con el fin de incluir en ellas disposiciones:
a) que garanticen que, en los planes nacionales de acción contra el VIH/SIDA, se definan y prioricen las necesidades específicas de los servicios de salud y de los trabajadores del sector;
b) que promuevan la puesta en marcha en los servicios de salud de un sistema nacional de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo que incluya directrices encaminadas a lograr condiciones de trabajo decentes y seguras en los lugares de trabajo;
6 OIT: Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre el VIH/SIDA y el mundo del trabajo (Ginebra, 2001) (http://www.ilo.org/public/english/protection/safework/cops/spanish/index.htm). 5
c) que protejan los derechos de todos los trabajadores y pacientes, independientemente de si están o no infectados por el VIH/SIDA, y garanticen:
i) un entorno laboral y asistencial libre de rechazo y discriminación contra las personas real o supuestamente infectadas por el VIH;
ii) la prevención y la disminución de los riesgos de infección;
iii) el establecimiento de sistemas de gestión de las situaciones posteriores a la exposición, incluidas las medidas de profilaxis necesarias;
iv) la prohibición de las pruebas obligatorias de detección del VIH con cualquier fin y, en especial, con fines de exclusión del trabajo y de las actividades laborales;
v) la adaptación laboral, como la reasignación de tareas, la acomodación de los puestos de trabajo y la flexibilidad del horario de trabajo;
vi) la continuación en el empleo de los trabajadores que viven con el VIH/SIDA mientras sean médicamente aptos para trabajar;
vii) la protección de los datos personales de los trabajadores en lo que respecta al VIH;
viii) el acceso a las prestaciones, como la jubilación anticipada y la cobertura de los gastos médicos y los costos de entierro;
ix) el derecho a negociar las cuestiones relacionadas con las prestaciones;
x) el establecimiento de procedimientos de examen de reclamaciones que sean plenamente accesibles para las mujeres y de medidas disciplinarias apropiadas, y
xi) la imposición de sanciones por la violación de las disposiciones normativas.
13. Las autoridades competentes deberían proporcionar información y asesoramiento técnicos a los empleadores y a los trabajadores respecto de la forma más eficaz de ajustarse al marco jurídico y de políticas. Deberían reforzar los sistemas de aplicación, como la inspección del trabajo, los tribunales laborales y los mecanismos de supervisión e información.
Guidelines on addressing HIV/AIDS in the workplace through employment and labour law (ILO, 2004)
Política relativa al desarrollo y la administración
de los sistemas nacionales de salud
14. Los gobiernos deberían esforzarse por:
a) Fortalecer la capacidad de todos los componentes de los sistemas nacionales de salud, a todos los niveles, de forma que puedan prestar y mantener una asistencia continua y 7 OIT: Guidelines on addressing HIV/SIDA in the workplace through employment and labour law, Programa InFocus sobre Diálogo Social, Legislación y Administración del Trabajo, documento núm. 3 (Ginebra, 2004), http://www.ilo.org/public/english/dialogue/ifpdial/publ/index.htm..6 eficaz mediante la coordinación de los servicios, el intercambio de recursos (tales como información y capacitación) y una mayor capacidad institucional para la planificación y la gestión. La política sanitaria debe abarcar, de forma coherente, toda la gama de sectores de actividad económica y a las instituciones pertinentes, con inclusión de la enseñanza; los hospitales y clínicas, comarcales o privados; los servicios de salud en el trabajo; los servicios comunitarios de salud; los dispensarios y las asociaciones de atención domiciliaria, y las organizaciones religiosas u otras organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales.
b) Redactar o reformar leyes relativas al desarrollo de los recursos humanos de los servicios de salud para que abarquen la planificación, la educación y la capacitación, así como la reputación de las calificaciones y las condiciones de trabajo del personal sanitario, incluidos los requisitos de certificación y habitación.
c) Desarrollar y aplicar estrategias y planes integrales de fortalecimiento de las capacidades humanas, con especial hincapié en la contratación y conservación en el empleo del personal sanitario masculino que ocupa cargos directivos de nivel inferior o intermedio, así como en la supresión de los obstáculos que impiden la capacitación al más alto nivel del personal sanitario femenino.
d) A la hora de destinar recursos, dar prioridad a un elevado nivel de recursos y conceder las partidas presupuestarias adecuadas para la infraestructura, los recursos humanos, los equipos y los materiales a fin de garantizar una prestación adecuada de los servicios a los pacientes y una protección efectiva al personal sanitario.
Condiciones de empleo y de trabajo en el marco de las reformas del sector de la salud, OIT, 1998
Estrategia mundial del sector sanitario para el VIH/SIDA 2003-2007 de la OMS 9 .
Aumentar la atención del VIH/SIDA: perspectivas de la prestación de servicios y de los recursos humanos, OMS, 2004
Función de las organizaciones
de empleadores y trabajadores
15. Presente en todos los sectores de actividad económica y en todas las esferas de la vida social, la epidemia del VIH es una amenaza para el crecimiento y desarrollo a largo plazo. Su repercusión social y económica es especialmente grave en aquellos casos en que la pérdida de recursos humanos se concentra en trabajadores poco calificados y en personal profesional y de gestión superior. Las consecuencias de esta pérdida alcanzan proporciones alarmantes al afectar a servicios y estructuras esenciales que son los principales elementos de respuesta, tales como los sistemas nacionales de salud.
8 OIT: Condiciones de empleo y de trabajo en el marco de las reformas del sector de la salud, Informe para el debate de la Reunión paritaria sobre las condiciones de empleo y de trabajo en el marco de las reformas del sector de la salud, Ginebra, 21-25 de septiembre de 1998, http://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/sector/publ/reports.htm.
9 OMS: Estrategia mundial del sector sanitario para el VIH/SIDA 2003-2007, http://www.who.int/hiv/pub/advocacy/ghss/en/.
10 Scaling up HIV/AIDS care, op. cit.. 7
16. Una característica importante del sector sanitario de la mayoría de países es que los servicios privados de salud, tales como clínicas y laboratorios especializados, desempeñan una función primordial en la prestación de atención sanitaria y, por consiguiente, en la respuesta dada al VIH/SIDA a escala global y nacional. Como responsable de la formulación de políticas, el gobierno debería garantizar que existan los mecanismos adecuados para que tales establecimientos y las organizaciones de trabajadores del sector de la salud estén representados en los órganos nacionales consultivos y de colaboración responsables de la reforma sanitaria, los Consejos del SIDA u otros órganos pertinentes que aborden distintos aspectos de la prestación de asistencia sanitaria. Por su parte, las organizaciones de empleadores de los servicios privados de salud y las organizaciones de trabajadores del sector de la salud deberían:
a) participar activamente y conjuntamente en la formulación y aplicación de los reglamentos, directrices y políticas nacionales pertinentes, garantizando la plena implicación de las mujeres y de las personas que viven con el VIH/SIDA;
b) movilizar y orientar a sus miembros para que contribuyan a la aplicación de las políticas nacionales en el lugar de trabajo;
c) acordar y aplicar la política sobre el VIH/SIDA para sus propios miembros, y
d) promover la inclusión de la seguridad y salud en el trabajo en los programas y políticas referentes al lugar de trabajo.
17. En su calidad de empleador, el gobierno debería mantener un nivel adecuado de consultas y colaboración con las organizaciones privadas de empleadores y las organizaciones de trabajadores del sector de la salud.
Declaración conjunta de la OIE y la CIOSL: Combatir juntos el VIH/SIDA, OIT, Ginebra, mayo de 2003 .
El sector de la salud como lugar de trabajo
18. Se tendrán más posibilidades de lograr una prevención y un control de los riesgos profesionales derivados de enfermedades infecciosas Š tales como el VIH, la hepatitis y la tuberculosis Š si éstos se consideran conjuntamente con otros riesgos existentes en el lugar de trabajo y en los servicios de salud. Ahora bien, es importante reconocer que el VIH se transmite principalmente a través de relaciones sexuales no protegidas. Además, la magnitud del riesgo profesional en el sector de la salud no está muy clara, en parte debido al rechazo y el sentimiento de culpabilidad asociados a la comunicación de heridas provocadas por objetos punzantes y a la falta de profilaxis posterior a la exposición. Por lo tanto, la transmisión del VIH/SIDA debe abordarse, ante la mano de obra, como una cuestión de seguridad y salud en el trabajo y una cuestión social.
19. Los trabajadores del sector de la salud también deberían tener acceso a la atención médica, independientemente del modo de transmisión. La existencia de políticas y programas adecuados en el lugar de trabajo deberían garantizar la protección contra el rechazo y la discriminación, así como el suministro de tratamiento, asistencia y apoyo, y permitir el acceso a las prestaciones reglamentarias. Los trabajadores que viven con el VIH/SIDA 11 Combatir juntos el VIH/SIDA: Programa para un futuro compromiso, Declaración conjunta de la OIE y la CIOSL, OIT, Ginebra, mayo de 2003, http://www.ioe-emp.org/ioe_emp/pdf/ICFTU- IOE_HIV_AIDS.pdf..8 deberían participar activamente en la formulación y aplicación de estos programas y políticas.
Reconocimiento del problema del VIH/SIDA
en el ámbito laboral
21. El VIH/SIDA constituye un problema en el lugar de trabajo y debería tratarse como
cualquier otro riesgo o enfermedad profesional grave. Los empleadores deberían velar por
que los trabajadores y el personal directivo del sector de la salud, de cualquier nivel, tomen
conciencia de los problemas que se plantean en el lugar de trabajo con respecto al
VIH/SIDA, incluidos aquellos que guardan relación con los derechos y necesidades de los
pacientes, y por que éstos reciban la formación adeucada y el apoyo de la dirección.
Estigma y discriminación en el sector de la salud 12
22. El estigma y la discriminación Š por parte de los trabajadores del sector de la salud con
respecto a colegas o pacientes Š son un problema grave en muchos entornos asistenciales,
puesto que menoscaban la prestación de atención médica y los programas de prevención.
El estigma y la discriminación pueden revestir distintas formas, y provocar el retraso, la
inadecuación o la negación de un tratamiento; el quebramiento de la confidencialidad; un
comportamiento inapropiado y poco ético, o la toma de precauciones excesivas.
23. Las intervenciones en los servicios de salud obtienen mejores resultados cuando se
integran en una campaña más amplia encaminada a reducir el estigma y la discriminación.
En el ámbito de los servicios de salud, el estigma y la discriminación pueden reducirse considerablemente si se combina una serie de intervenciones complementarias, tales como:
a) la aplicación de políticas relativas al lugar de trabajo que prohíban expresamente la
discriminación en el empleo y en el ejercicio de las responsabilidades profesionales;
b) la administración de tratamientos antirretrovíricos para salvar vidas, lo que ilustra la
práctica efectiva de la medicina, su capacidad y credibilidad, y
c) una formación apropiada del personal, en todos los niveles de responsabilidad, para
lograr una mejor comprensión del VIH/SIDA y ayudar a reducir las actitudes
negativas y discriminatorias hacia colegas y pacientes que viven con la enfermedad.
Esta formación debería proporcionar a los trabajadores del sector de la salud:
i) información precisa sobre las vías de transmisión del VIH y otras
enfermedades infecciosas para abordar el miedo al contacto físico con los
pacientes;
12 Comprensión y respuesta al estigma y a la discriminación por el VIH/SIDA en el sector de la
salud, Organización Panamericana de la Salud, 2003, http://www.paho.org/spanish/ad/fch/ai/stigma.htm..TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc 9
ii) competencias interpersonales que les ayuden a entender los efectos del VIH y
la carga que supone el estigma, y herramientas para establecer una comunicación
basada en el respeto y la no discriminación con los pacientes;
iii) técnicas para evitar el desgaste a través de un aumento de la plantilla; mayores
oportunidades para el trabajo autónomo, la promoción y el desarrollo personal;
un reconocimiento temprano del estrés; el desarrollo de las aptitudes de
comunicación necesarias para la supervisión; la creación de grupos de apoyo al
personal, y períodos de descanso fuera del lugar de trabajo;
iv) una concienciación sobre la legislación vigente por la que se protege los
derechos de todos, ya se trate de trabajadores o pacientes, con o sin VIH/SIDA,
y las consecuencias de su incumplimiento.
Género: problemas de igualdad entre hombres y mujeres 6, 43
24. Las mujeres tienen mayores probabilidades de ser seropositivas y resultan más
perjudicadas por los efectos de la epidemia que los hombres, por una serie de motivos
socioculturales y económicos, y debido a diferencias biológicas. El sector de la salud es un
importante empleador de mujeres que, en algunos casos, constituyen el 80 por ciento de la
fuerza de trabajo. En ese contexto, es fundamental que se reconozcan plenamente las
diferencias de género en lo que atañe a la seguridad y salud en el trabajo y el VIH/SIDA, y
que se conciencie a los trabajadores y trabajadoras del sector de la salud mediante
actividades apropiadas de información, educación y formación.
25. Al diseñar y aplicar los programas y políticas referentes al lugar de trabajo, los
empleadores deberían garantizar que se consideren y se introduzcan las siguientes
medidas:
a) Todos los programas del sector de la salud deberían tener en cuenta el género, así
como la raza, la cultura y la orientación sexual. Ello implica centrarse explícitamente
en los hombres y las mujeres y acogerlos en programas separados que reconozcan los
distintos tipos y grados de riesgo para los trabajadores y trabajadoras.
b) La información dirigida a las mujeres, sobre todo las mujeres jóvenes, debería
ponerlas en guardia y darles explicaciones sobre su mayor riesgo de transmisión del
VIH. La educación debería ayudar a mujeres y hombres a comprender las desiguales
relaciones de poder que mantienen en su vida personal y en el empleo, y a tomar
medidas al respecto; el acoso y la violencia deberían abordarse explícitamente, no
sólo en el lugar de trabajo, sino también en situaciones familiares.
c) Los programas deberían ayudar a las mujeres a comprender sus derechos, tanto en el
lugar de trabajo como fuera del mismo, y a darles autonomía para protegerse ellas
mismas.
d) La educación dirigida a los hombres debería incluir la concienciación, la evaluación
de los riesgos y estrategias encaminadas a promover sus responsabilidades en lo que
se refiere a la prevención del VIH/SIDA, así como los factores contextuales que
pueden fomentar un comportamiento responsable en materia de prevención.
e) Se deberían desarrollar programas de prevención específicamente destinados a los
hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, en consulta con éstos
y sus representantes.
f) La formación sobre el VIH dirigida a los trabajadores sanitarios debería garantizar la
comprensión de las necesidades particulares de las mujeres seropositivas, tanto físicas.10 TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc
como psicológicas, incluidos los problemas concretos a los que éstas se enfrentan con
respecto a la salud reproductiva e infantil. Asimismo, debería abordar las barreras que
disuaden de dar a conocer la situación personal en relación con el VIH, como el
miedo a sufrir actos de violencia.
Mujeres, VIH/SIDA y el mundo del trabajo.
Plan de Acción para la Igualdad de Género y la Transversalización de la Perspectiva de Género en
la OIT .
La perspectiva del género en los servicios de salud (CIE).
Gender Dimensions of HIV Status Disclosure to Sexual Partners: Rates, Barriers and Outcomes .
Diálogo social
26. El diálogo social incluye todos los tipos de negociación, consulta e intercambio de
información entre los representantes de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores.
Puede tratarse de un proceso tripartito, en el que el gobierno intervenga como parte oficial
en el diálogo, o puede darse en forma de relaciones bipartitas entre los empleadores
públicos o privados Š y los trabajadores, o sus organizaciones y representantes. El diálogo
social también puede beneficiarse de las consultas celebradas con asociaciones
profesionales y comunitarias. El principal objetivo del diálogo social es promover la
formación de consensos y la cooperación entre las principales partes interesadas en el
mundo del trabajo, con el fin de lograr objetivos de interés mutuo.
27. En el sector de la salud, el diálogo social es un mecanismo importante para la gestión
apropiada de las relaciones laborales en general y la seguridad y salud en el trabajo, así
como para la introducción de políticas y programas sobre el VIH/SIDA. Los empleadores
deberían garantizar que los procesos efectivos de diálogo social formen parte integrante de
las estructuras de gestión de los servicios de salud. El diálogo social en el lugar de trabajo
debería:
a) estar basado en la negociación, la consulta y el intercambio de información;
b) seguir un proceso continuo de planificación, aplicación, seguimiento y revisión;
c) estar concebido para crear un ambiente de trabajo más seguro y sano;
d) garantizar la plena participación de los empleados y sus representantes en todos los
aspectos del proceso, así como la representación proporcional de las mujeres, sobre
todo en los niveles superiores;
13 OIT: Mujeres, VIH/SIDA y el mundo del trabajo (folleto),
14 OIT: Plan de Acción para la Igualdad de Género y la Transversalización de la Perspectiva de
Género (Ginebra, 2001).
15 La perspectiva del género en los servicios de salud, hoja informativa, Consejo Internacional de
Enfermeras (CIE), http://www.icn.ch/matters_gendersp.htm.
16 Gender Dimensions of HIV Status Disclosure to Sexual Partners: Rates, Barriers and Outcomes.
Documento recapitulativo. OMS, 2004, http://www.who.int/gender/documents/en/genderdimensions.pdf..TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc 11
e) acompañarse de recursos adecuados en términos de presupuesto, tiempo, medios y
formación.
28. Debería impartirse formación a los trabajadores y sus representantes, y proporcionarles los
medios necesarios para que participaran efectivamente en el diálogo social y, por
consiguiente, contribuyeran a la instauración de un ambiente de trabajo seguro y sano, la
introducción de programas sobre el VIH/SIDA y la reforma general del sector de la salud,
en aquellos casos en que fuera pertinente.
Directrices de la OIT sobre el diálogo social en los servicios de salud: una herramienta de
orientación práctica, 2004 .
Seguridad y salud en el trabajo 6
29. La responsabilidad de la seguridad y salud en el trabajo (SST), incluida la conformidad con
la legislación y práctica nacionales, incumbe al empleador Los empleadores deberían
demostrar su compromiso con respecto a la SST e implantar un programa que aborde los
principios fundamentales de la identificación, la evaluación y el control de los riesgos, e
incluya la información y la formación de la fuerza de trabajo, en todos los niveles de
responsabilidad.
30. Ahora bien, los trabajadores y sus representantes comparten la responsabilidad con el
empleador en cuanto a la aplicación del programa de seguridad y salud en el trabajo. Los
trabajadores tienen la obligación de respetar y aplicar aquellos procedimientos u otras
instrucciones que se hayan diseñado con el fin de protegerlos de la exposición a los riesgos
existentes en el lugar de trabajo. Los comités mixtos de seguridad y salud son un
mecanismo reconocido para garantizar la adopción de medidas conjuntas en esta esfera.
Convenio de la OIT sobre seguridad y salud de los trabajadores, 1981 (núm. 155), y otros
instrumentos pertinentes de la OIT enumerados en el anexo 2.
Gestión de la seguridad y salud en el trabajo
31. Los empleadores deberían basar su programa de seguridad y salud en el trabajo (SST) en el
ciclo internacionalmente aceptado de Deming, a saber, planificar-hacer-comprobar-actuar,
el cual incluye las siguientes fases
a) establecer una política basada en los principios de seguridad y salud en el trabajo y
la participación de los trabajadores, y en la que se definan los principales elementos
del programa;
b) organizar una estructura que permita aplicar la política, e incluya los términos de la
responsabilidad y la rendición de cuentas, la competencia y formación, y el registro y
comunicación de incidentes;
c) planificar y ejecutar, lo que incluye la definición de los objetivos, el examen inicial,
y la planificación, el desarrollo y la implantación del sistema;
17 OIT: Social dialogue in the health services: A tool for practical guidance, Programa de
Actividades Sectoriales (Ginebra, 2004),
d) evaluar el seguimiento y la medición de los resultados; estudiar las lesiones
relacionadas con el trabajo, la mala salud, las enfermedades y los incidentes, y
realizar auditorías y exámenes de la gestión;
e) lograr mejoras a través de la adopción de medidas preventivas y correctivas y la
actualización y revisión constante de las políticas, los sistemas y las técnicas, a fin de
prevenir y controlar las lesiones relacionadas con el trabajo, la mala salud, las
enfermedades y los incidentes peligrosos.
Directrices de la OIT relativas a los sistemas de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo,
2001 18 (hoja informativa núm. 2).
Modelo marco de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo, Departamento de Servicios
Sociales del Estado de Victoria, Australia, 2003 42 (hoja informativa núm. 3).
Prevención y protección contra agentes
patógenos infecciosos 19, 20
32. Los trabajadores de los servicios de salud, como cualquier otro trabajador, pueden correr a
riesgos químicos, físicos, ergonómicos o psicosociales (tales como estrés, desgaste, acoso
y violencia 21 ), al igual que los trabajadores de otros sectores. Ahora bien, existen riesgos
profesionales en los servicios de salud, en particular agentes patógenos infecciosos, que
requieren medidas especiales de prevención y protección.
33. Los riesgos de exposición a patógenos virales tales como el VIH y la hepatitis deberían
abordarse de un modo exhaustivo que garantice la prevención y protección continuas, así
como la respuesta profiláctica inmediata en caso de exposición en el lugar de trabajo.
34. La mayor parte de las medidas encaminadas a prevenir la exposición profesional al VIH y
otros agentes patógenos presentes en la sangre son sencillas, y deberían formar parte del
programa de seguridad y salud del lugar de trabajo. Sin embargo, para tratar los casos de
exposición al VIH y la profilaxis posterior a la exposición, es necesario contar con
conocimientos técnicos y, en particular, con un sólido marco de asistencia y apoyo a fin de
satisfacer las necesidades de los trabajadores infectados. Las cuestiones de prevención y
protección en lo que se refiere a la tuberculosis se describen en unas directrices 22
específicas elaboradas conjuntamente por la OIT y la OMS. Una serie de hojas
18 OIT: Directrices relativas a los sistemas de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo, ILO-OSH
2001 (Ginebra, 2001),
.
19 Guidance for Clinical Health Care Workers: Protection against Infection with Blood-borne Viruses,
HSC 1998/063, UK Department of Health, .
20 National Code of Practice for the Control of Work-related Exposure to Hepatitis and HIV
(Blood-borne) Viruses, [NOHSC:2010(2003)], segunda edición, diciembre de 2003, Comisión
Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de Australia.
21 OIT/OMS/CIE/ISP: Directrices marco para afrontar la violencia laboral en el sector de la
salud, Oficina Internacional del Trabajo (Ginebra, 2002).
22 ILO/WHO/WEF: Guidelines for workplace TB control activities: The contribution of workplace
TB control activities to TB control in the community, Organización Mundial de la Salud, 2003..TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc 13
informativas, adjuntas a estas directrices, dan información técnica adicional sobre unas
prácticas de trabajo seguras.
Identificación de los peligros y riesgos
35. El control de los riesgos comienza con la identificación de aquellas situaciones, actividades
y tareas profesionales en las que los empleados puedan correr un riesgo de exposición al
VIH y a otras infecciones transmitidas por la sangre. La identificación de los peligros y
riesgos debería realizarse según se indica a continuación:
a) Preguntar a los empleados. Esta es una de las formas más sencillas y eficaces de
identificar los riesgos en el lugar de trabajo. Debería establecerse y aplicarse un
procedimiento por el que los empleados pudieran comunicar los riesgos percibidos sin
ser sancionados.
b) Analizar los informes existentes sobre casos de exposición a la sangre u otros fluidos
corporales. Utilizar estos datos para determinar las tendencias; identificar las
actividades y tareas de alto riesgo; evaluar los procedimientos de presentación de
informes y documentación, y controlar la eficacia del seguimiento y de las medidas
correctivas adoptadas.
c) Realizar un estudio de la disposición del lugar de trabajo, las prácticas laborales y
otros focos de exposición de los empleados a la sangre u otros fluidos corporales,
con inclusión de los posibles riesgos para aquellas personas del exterior que tienen
alguna relación con el lugar de trabajo; este aspecto es particularmente importante
para el personal encargado del tratamiento de los residuos sanitarios. En la lista
elaborada se deberían identificar las clasificaciones de puestos, los conocimientos, las
actitudes y las prácticas laborales más susceptibles de poner a los empleados en una
situación de riesgo. Todas las actividades en las que los empleados puedan estar
expuestos a la sangre u otros fluidos corporales deberían enumerarse y ajustarse a las
clasificaciones de puesto.
36. Los trabajadores del sector de la salud deberían disponer de normas, instrucciones y
procedimientos actualizados y destinados a poner de relieve los riesgos pertinentes y las
prácticas seguras asociadas a los mismos, así como la importancia de observar
determinadas precauciones y utilizar todo el equipo correctamente y se deberían organizar,
sesiones apropiadas y periódicas de información y formación sobre estos mecanismos.
Evaluación de los riesgos
37. Una vez que se ha identificado un peligro, debería llevarse a cabo una evaluación de los
riesgos. El propósito de esta evaluación es el de valorar el nivel y la naturaleza del riesgo
que conlleva para los empleados la exposición a sustancias peligrosas como la sangre o los
fluidos corporales y determinar cuáles son las medidas necesarias para eliminar el peligro o
reducir al mínimo los factores de riesgo. En la evaluación de los riesgos deberían
considerarse:
a) las modalidades de transmisión en el lugar de trabajo del VIH y de otros agentes
patógenos presentes en la sangre;
b) el tipo y la frecuencia de la exposición a la sangre o a los fluidos corporales, la
cantidad de sangre o de fluido corporal, todas las vías de transmisión posibles y la vía
más probable, el tipo de fluido corporal de que se trate y un análisis de las
exposiciones múltiples;.14 TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc
c) los factores que contribuyen a la exposición y a que ésta se repita, como la
disposición del lugar de trabajo, las prácticas de trabajo y de limpieza y la
disponibilidad y el uso de ropa y equipo de protección;
d) los conocimientos y la formación de los empleadores, los supervisores y los
empleados en relación con el VIH y otros agentes patógenos presentes en la sangre y
con las prácticas de trabajo seguras;
e) el hecho de que el equipo utilizado pueda o no aumentar o reducir el riesgo de
exposición, y
f) las medidas de control de los riesgos vigentes y la necesidad de adoptar nuevas
medidas.
Caracterización de los riesgos: virus de la hepatitis y VIH 19 (hoja informativa núm. 1).
Control de los riesgos 20
38. El control de los riesgos tiene como objetivo reducir al mínimo la exposición de los
empleados, en el lugar de trabajo, a sangre o fluidos corporales. Este control debería
realizarse aplicando las medidas esbozadas a continuación por orden de prioridad:
a) Eliminación. Deberían eliminarse las prácticas de trabajo en las que haya exposición
a sangre o fluidos corporales y que la evaluación considere innecesarias.
b) Sustitución. Cuando no sea posible su eliminación, el empleador debería sustituir
esas prácticas de trabajo por otras que entrañen un riesgo menor.
c) Medidas técnicas de prevención. Estas medidas se diseñan para prevenir las
enfermedades y lesiones profesionales mediante la gestión del medio ambiente de
trabajo. Entre ellas podría figurar la utilización de mecanismos, métodos y equipo
apropiados para prevenir la exposición de los trabajadores. En las medidas elaboradas
para reducir al mínimo la exposición a sangre o fluidos corporales deberían tenerse en
cuenta:
i) los recipientes para objetos punzantes, también conocidos como cajas de
seguridad;
ii) la nueva tecnología que podría estar disponible para aumentar la seguridad de
los empleados eliminando los procedimientos inseguros o sustituyéndolos por
otros más seguros, como inyectores sin aguja, agujas retráctiles, dispositivos de
protección diseñados para volver a introducir las agujas en su funda, material de
inyección desechable y recipientes seguros para la eliminación de los desechos;
iii) factores ergonómicos como la iluminación, el mantenimiento del lugar de
trabajo y la organización del puesto de trabajo, y
iv) los instrumentos y el equipo empleados en el lugar de trabajo, incluidos los
procedimientos utilizados para garantizar que las autoclaves y otros materiales y
procesos de esterilización son objeto de una revisión periódica y reparados o
sustituidos si procede.15
Vigilancia de la salud de los trabajadores 23
39. La vigilancia de la salud de los trabajadores debería ser un componente esencial de los
programas destinados a su protección. Debería organizarse de forma que respondiese a los
objetivos de seguridad y salud en el trabajo, prestándose la debida consideración a la
naturaleza de las situaciones de peligro existentes en el lugar de trabajo, los requisitos del
trabajo en materia de salud, el estado de salud de la mano de obra, los recursos disponibles
y el conocimiento, por parte de los trabajadores y de los empleadores, de las funciones y
los propósitos de dicha vigilancia, así como de las leyes y los reglamentos pertinentes. Es
un modo de llevar a la práctica las medidas de prevención, ya que existen enfermedades
causadas por el trabajo que han de identificarse, tratarse e indemnizarse.
40. La información relativa a la salud tiene un carácter delicado. La recopilación inapropiada o
imprecisa de esta información puede tener graves y duraderas repercusiones para el
trabajador. Puede suponer una intromisión injustificada en su vida privada y puede abrir
las puertas a su discriminación e incluso a la pérdida de su puesto de trabajo y al
ostracismo en el caso de las mujeres. La información relacionada con la salud, por tanto,
debería recopilarse, procesarse y utilizarse en el marco de un sistema convenientemente
controlado que proteja la vida privada del trabajador, además de garantizar que esta
información no se utiliza en perjuicio de sus intereses.
Principios directivos técnicos y éticos relativos a la vigilancia de la salud de los trabajadores de la
OIT, 1998 23 .
Código Internacional de Etica para los Profesionales de la Salud Ocupacional, 2002 24 .
Prácticas de trabajo seguras en los servicios de salud 19, 20, 25
41. Las prácticas de trabajo seguras protegen la salud y aumentan la confianza de los
trabajadores de los servicios de salud y de sus pacientes. Los principios fundamentales de
la reducción al mínimo del riesgo de transmisión del VIH y de otras infecciones
transmitidas por la sangre en el lugar de trabajo son la higiene personal, las precauciones
universales y un programa de control de las infecciones. Los empleadores deberían
cerciorarse de que se siguen prácticas de trabajo seguras y de que las prácticas inseguras
son modificadas tras la aplicación de medidas de control de los riesgos. Asimismo, debería
establecerse un procedimiento destinado a la prestación de primeros auxilios seguros en
caso de accidentes. Los trabajadores de la salud deberían recibir formación sobre la
transmisión y la prevención de las infecciones transmitidas por la sangre, incluida la
necesidad de ser vacunados siempre que sea posible. Si se da una exposición a sangre o a
fluidos corporales en el lugar de trabajo, los empleadores deberían contar con un
procedimiento para gestionar las consecuencias, incluida la provisión de profilaxis
posterior a la exposición (PPE). Deberían registrarse sistemáticamente todos los incidentes
23 OIT: Principios directivos técnicos y éticos relativos a la vigilancia de la salud de los trabajadores,
(Ginebra, 1998), .
24 Código Internacional de Etica para los Profesionales de la Salud Ocupacional, actualización de
2002, Comisión Internacional de Medicina del Trabajo, .
25 OMS: Guidelines on Prevention and Control of Hospital Associated Infections, Oficina Regional
de la OMS para Asia Sudoriental (Nueva Delhi, 2002),
en los que pueda haber una exposición, lesión o infección, teniéndose en cuenta la
necesidad de respetar la confidencialidad en la medida de lo posible.
Inmunización de la hepatitis B
42. De conformidad con los reglamentos y los calendarios de inmunización nacionales
pertinentes, los empleadores deberían proporcionar vacunas de la hepatitis B previas al
servicio a todos los trabajadores de la salud que pudieran estar expuestos a sangre o a
fluidos corporales. Los propios empleadores deberían informarse periódicamente de los
avances realizados en la obtención de nuevas vacunas y de su disponibilidad.
Higiene personal
43. Lavarse y protegerse las manos son medidas importantes en el control de las infecciones.
Los empleadores deberían garantizar que se proporcionen las instalaciones
correspondientes en puntos bien identificados del lugar de trabajo. Los trabajadores
deberían mantener una buena higiene personal, y lavarse las manos al comienzo y al final
de cada turno, antes y después de atender a un paciente, antes y después de comer, fumar e
ir al baño, y antes y después de salir de su zona de trabajo. Las instalaciones para lavarse
las manos deberían estar equipadas con cantidades suficientes de agua corriente, jabón y
toallas desechables. En los casos en los que no sea posible utilizar agua corriente, deberían
estar disponibles medios alternativos para limpiarse las manos, como una solución al
70 por ciento de alcohol. Los trabajadores deberían lavarse y secarse las manos después de
haber tenido contacto con sangre o fluidos corporales e inmediatamente después de
quitarse los guantes. Deberían también comprobar que no tienen cortes ni heridas en las
partes del cuerpo que han estado expuestas, y, si los encontrasen, utilizar apósitos
impermeables para cubrirlos.
Precauciones normales
44. Las precauciones normales contemplan una estrategia de control administrativo que exige
a los trabajadores de la salud que traten la sangre o los fluidos corporales de cualquier
persona como posibles fuentes de infección, independientemente del diagnóstico o del
riesgo percibido. La ausencia de relación con el diagnóstico es una característica esencial
que todos deberían comprender. Permite que los trabajadores se protejan y protejan a los
pacientes sin abrir la puerta a la discriminación ni al rechazo. Todos los trabajadores y
todos los pacientes reciben el mismo trato. Las precauciones normales implican que, de
forma rutinaria, se lleven guantes y otra ropa de protección, se laven las manos y se sigan
otras medidas de control de las infecciones que constituyen una barrera entre los
trabajadores y la sangre o los fluidos corporales potencialmente infecciosos. Aunque no
puede prevenir las heridas provocadas por objetos punzantes (véase más abajo), el seguir
precauciones normales reduce al mínimo el riesgo de transmisión del VIH y de otras
infecciones transmitidas por la sangre del paciente al trabajador de la salud y viceversa, así
como entre trabajadores de la salud.
Manipulación segura de los objetos punzantes
y del material de inyección
45. Los empleadores deberían elaborar procedimientos para la manipulación y la eliminación
seguras de los objetos punzantes, incluido el material de inyección, y velar por que éstos se
conozcan y se cumplan. Estos procedimientos deberían comprender:.TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc 17
a) la colocación de recipientes para la eliminación de los objetos punzantes, claramente
identificados, tan cerca como sea posible de las zonas donde se utilizan o se
encuentran dichos objetos punzantes;
b) la sustitución periódica de los recipientes para los objetos punzantes, cuando se hayan
llenado hasta las tres cuartas partes; los recipientes deberían precintarse antes de su
retirada, y
c) la eliminación de los objetos punzantes desechables en recipientes que deberían
ajustarse a los reglamentos y las directrices técnicas nacionales pertinentes.
46. Al manipularse objetos punzantes, debería observarse lo siguiente:
a) cuando se utilizan objetos punzantes, la persona que los está utilizando tiene la
responsabilidad de deshacerse de ellos debidamente;
b) si se encuentran objetos punzantes, la persona que los encuentra tiene la
responsabilidad de deshacerse de ellos debidamente;
c) las agujas usadas no deberían volverse a tapar, retirarse de las jeringas ni doblarse
intencionadamente o manipularse de otra forma manualmente, sino utilizando un
dispositivo diseñado a tal efecto;
d) las agujas usadas y otros instrumentos punzantes desechables deberían desecharse
inmediatamente en un recipiente para objetos punzantes homologado, y
e) los recipientes para objetos punzantes deberían colocarse de forma segura.
Clasificación jerárquica de los métodos de control aplicados al riesgo de exposición a agentes
patógenos transmitidos por la sangre 26 (hoja informativa núm. 4).
El uso de precauciones normales para la prevención de la infección nosocomial de VIH/SIDA 27
(hoja informativa núm. 5).
Seguridad de la técnica de inyección 28 (hoja informativa núm. 6).
Medidas para reducir los riesgos durante las intervenciones quirúrgicas 19 (hoja informativa
núm. 7).
Equipo de protección personal 20
47. Los empleadores deberían poner a disposición de los trabajadores equipo que los proteja de
la exposición a la sangre o a los fluidos corporales. Deberían velar por que:
a) haya una cantidad suficiente de artículos de protección personal;
b) el equipo tenga un mantenimiento apropiado;
26 La hoja informativa núm. 4 ha sido elaborada conjuntamente por la OMS y el CIE para las
presentes Directrices, 2005 (sin publicar).
27 Véanse las referencias al final de la hoja informativa núm. 5.
28 La hoja informativa núm. 6 ha sido elaborada por la OMS para las presentes Directrices. Véanse
las referencias al final de la hoja..18 TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc
c) los trabajadores tengan acceso gratuito a estos artículos;
d) los trabajadores estén debidamente formados en su utilización, y
e) exista una política de uso clara y los empleados la conozcan perfectamente.
48. Deberían proporcionarse, según proceda, los siguientes artículos:
a) diversos apósitos impermeables de material no poroso para los empleados con heridas
en la piel o la piel abierta;
b) diversos guantes de diferentes tallas, esterilizados y no esterilizados, incluidos
guantes de látex pesado, vinilo, piel impermeable y otros materiales resistentes a la
punción: deberían llevarse puestos siempre que los empleados puedan tener contacto
con sangre o fluidos corporales, o cuando se manipule algo contaminado de sangre o
fluidos corporales;
c) mascarillas de reanimación boca a máscara, y mascarillas diseñadas para el control de
la tuberculosis, y
d) a los trabajadores a los que pudieran alcanzar en su trabajo salpicaduras de sangre o
sangre pulverizada, según proceda, delantales de plástico, batas impermeables,
protectores oculares, mascarillas resistentes a los líquidos, monos y sobrebotas.
Limpieza, desinfección y esterilización del equipo
49. En la limpieza del equipo, existen tres niveles:
a) si el equipo se utiliza únicamente en contacto con piel intacta, sólo requiere limpieza.
Si el equipo está contaminado de sangre, debería limpiarse y desinfectarse;
b) si el equipo va a estar en contacto con membranas mucosas, requiere limpieza y
desinfección, y
c) si el equipo va a estar en contacto con tejido humano no infectado en condiciones
normales, debería limpiarse y esterilizarse.
50. La limpieza siempre ha de preceder a la desinfección o la esterilización. Debería hacerse
con agua y detergente, y:
a) deberían llevarse guantes durante la limpieza;
b) los artículos deberían lavarse y frotarse hasta que desaparezca toda la contaminación
visible, si es posible por medios mecánicos como un lavaplatos; debería tenerse
cuidado durante la limpieza para evitar salpicaduras, y
c) deberían llevarse protectores oculares si hay posibilidad de que se produzcan
salpicaduras.
51. El uso incorrecto de algunos desinfectantes puede resultar peligroso, y deberían seguirse
las instrucciones que aparecen en el etiquetado y en las fichas de datos sobre seguridad de
los materiales. El equipo de esterilización debería utilizarse siguiendo las instrucciones y
tras impartirse una formación adecuada..TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc 19
Métodos de esterilización y desinfección de alto nivel 29 (hoja informativa núm. 8).
Sangre derramada 19
52. Cuando se derrame sangre, debería reaccionarse en el acto y procederse a una evaluación
inmediata. Al limpiarse la sangre derramada:
a) deberían llevarse guantes;
b) para absorber la mayor parte de la sangre o de los fluidos corporales, debería
utilizarse material absorbente, como toallas de papel, bayetas o aserrín;
c) todos los materiales, después de su uso, deberían depositarse en bolsas para desechos
a prueba de filtraciones que estén homologadas;
d) posteriormente, debería limpiarse y desinfectarse la zona con agentes desinfectantes
adecuados (véase la hoja informativa núm. 8), y
e) cuando sea mucha la sangre derramada, deberían regar sobre ésta, con una manguera
y de un modo seguro, hasta su desaparición, trabajadores que lleven puesta ropa de
protección.
Manipulación de cadáveres
53. Cuando exista riesgo de contacto con sangre y fluidos corporales en la manipulación de
cadáveres efectuada con cualquier fin, deberían tomarse las siguientes precauciones:
a) deberían llevarse guantes, así como otra ropa de protección, si fuese necesario.
Deberían cubrirse con apósitos impermeables los puntos en que hubiese colocados
tubos de drenaje y las heridas abiertas;
b) las personas que envíen un cadáver para su depósito o autopsia, o a la morgue,
deberían velar por que no queden en éste objetos punzantes;
c) en caso de fallecimiento de una persona de la que se sabe, o se sospecha, está
infectada de un virus de transmisión sanguínea, deberían existir procedimientos que
garanticen que los trabajadores que tienen que manipular el cadáver, incluidos el
personal funerario y el personal de la morgue y el depósito de cadáveres, sepan que
existe un posible riesgo de infección. Puesto que el diagnóstico ha de mantenerse en
secreto, podrían y deberían transmitirse al personal las precauciones que habrían de
seguirse en función de las necesidades;
d) todo cadáver cuyo exterior esté contaminado de sangre, o del que se sepa, o se
sospeche, está infectado de un virus de transmisión sanguínea, debería introducirse lo
antes posible en una bolsa mortuoria de plástico desechable. Podría necesitarse
material absorbente en caso de filtración, por ejemplo, de incisiones o heridas
quirúrgicas que no estén suficientemente protegidas mediante apósitos impermeables;
29 OMS: Guidelines on sterilization and high-level disinfection methods effective against human
immunodeficiency virus, segunda edición, WHO AIDS Series 2 (Ginebra, 1989)..20 TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc
e) las personas que realicen autopsias deberían adoptar precauciones similares a las
recomendadas en el presente documento para las intervenciones invasivas efectuadas
en pacientes vivos, y
f) el personal de la morgue que embalsame cadáveres debería adoptar precauciones
similares a las recomendadas en el presente documento para las intervenciones
invasivas efectuadas en pacientes vivos.
Prestación de primeros auxilios
54. En cualquier lugar de trabajo pueden producirse accidentes que requieran tratamiento de
primeros auxilios. Los empleadores deberían velar por que se cumplan los reglamentos
nacionales pertinentes, y basar sus procedimientos en las precauciones universales.
Durante la prestación de primeros auxilios, especialmente, al tratar las hemorragias y en la
reanimación respiratoria, puede haber una exposición a sangre o fluidos corporales (véase
la hoja informativa núm. 1). Quienes practiquen los primeros auxilios deberían estar
informados de los riesgos de exposición, y recibir formación en la utilización de medidas
de prevención y equipo de protección apropiados.
Lavandería
55. Debería establecerse un procedimiento en el que se contemplen la distribución de la ropa
de cama limpia y la recolección, la manipulación, la puesta en bolsas, el almacenamiento,
el transporte y el lavado de la ropa de cama usada. Toda la ropa de cama usada debería
tratarse como material potencialmente infeccioso, e introducirse en bolsas específicas
normalizadas. Si hay riesgo de contaminación por filtración de fluidos corporales, la bolsa
de la ropa de cama debería meterse en una bolsa de plástico clara a prueba de filtraciones.
Las bolsas para la ropa de cama sólo deberían llenarse hasta las tres cuartas partes, y
debería asegurarse que están bien cerradas antes de su transporte. Deberían llevarse
puestos guantes de piel o de otro material resistente a la punción porque pueden quedar
objetos punzantes en la ropa. Cuando se organice la ropa de cama usada, deberían estar
disponibles recipientes para objetos punzantes para la eliminación de los objetos punzantes
que se encuentren.
56. Toda la ropa de cama debería lavarse con detergente. Donde no se tenga acceso a servicios
especializados, la ropa contaminada, de cama o no, debería lavarse con detergente usando
el programa de agua caliente de una lavadora doméstica a una temperatura de al menos
80º C; o limpiarse en seco a una temperatura elevada; o limpiarse en seco, y en frío,
seguido de un planchado al vapor; o incinerarse. No se debería sobrecargar la lavadora. Si
no existe más remedio que lavar a mano, deberían llevarse guantes de caucho de uso
doméstico.
Gestión de los desechos
57. Los desechos de los servicios de salud tienen una mayor capacidad de causar infecciones y
daños que la mayoría de los otros tipos de desechos. La manipulación inadecuada de los
desechos procedentes de la atención de salud pueden tener graves repercusiones para la
salud pública y el medio ambiente. En lo que respecta a los desechos que producen los
hospitales y las instituciones sanitarias tienen, por consiguiente, un "deber de asistencia" a
los trabajadores afectados, a la salud pública y al medio ambiente.
58. El empleador debería elaborar un procedimiento de gestión de los desechos de
conformidad con la legislación y la práctica nacionales. Tal procedimiento debería prestar
particular atención a los desechos y objetos punzantes infecciosos, y abarcarse lo siguiente:.TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc 21
a) el empaquetado y etiquetado de los desechos por categorías;
b) la eliminación preliminar de los desechos en el lugar en que se producen;
c) la recolección y transporte de los desechos fuera del lugar en que se producen, y
d) el almacenamiento, tratamiento y eliminación definitiva de los desechos conforme a
lo dispuesto por la reglamentación y las directrices técnicas pertinentes.
Gestión sin riesgo de los desechos generados por las actividades de atención de salud 30, 31 (hoja
informativa núm. 9).
Supervisión y evaluación
59. Los empleadores deberían supervisar y evaluar periódicamente las prácticas de trabajo y
asegurar que se adopten medidas para modificarlas cuando sea pertinente. Debería
designarse expresamente en el lugar de trabajo a una persona o grupo de personas para
efectuar la supervisión y evaluación. La identidad de esta persona o grupo debería
comunicarse a todo el personal de los servicios de salud y debería representar a todas las
categorías del personal, con inclusión de los encargados de los desechos procedentes de la
atención de salud de los servicios de salud. Los elementos que deberían considerarse son
los siguientes:
a) la eficacia de las políticas y procedimientos aplicados en el lugar de trabajo;
b) la eficacia de los programas de información y adiestramiento;
c) el nivel de conformidad con las precauciones universales;
d) el registro satisfactorio de los incidentes;
e) las causas de la exposición a sangre o fluidos corporales;
f) la evaluación de la notificación de los incidentes, y
g) la eficacia de las medidas tomadas y del seguimiento.
Gestión posterior a la exposición
60. La prevención de la exposición es la principal estrategia para reducir las infecciones
profesionales; ahora bien, siempre existirá el riesgo de exposición ocupacional a agentes
patógenos presentes en la sangre. En consecuencia, los empleadores deberían disponer de
un sistema basado en un protocolo por escrito para gestionar tal exposición ocupacional.
Este protocolo debería ser compatible con los procedimientos para otros accidentes
profesionales e incluir mecanismos de notificación, asesoramiento, acceso a pruebas
30 OMS: Safe management of wastes from health-care activities, compilado por A. Prüss, E. Giroult y
P. Rushbrook (Ginebra, 1999), .
31 Health care waste management at a glance, Organización Mundial de la Salud y Banco Mundial,
junio de 2003. ..22
médicas y tratamiento (en servicios externos, de ser necesario), rehabilitación,
indemnización y seguimiento a largo plazo.
61. El empleador debería designar en el lugar de trabajo a alguna persona que haya recibido
formación adecuada para realizar la evaluación y asesoramiento iniciales o bien enviar a
los trabajadores expuestos a servicios especializados, y responsabilizarse por la
documentación y el seguimiento de todos los incidentes de exposición. La persona
designada y los procedimientos deberían darse a conocer a todos los trabajadores.
62. Debería ofrecerse durante todas las horas de trabajo, con inclusión del período nocturno y
de los fines de semana, la posibilidad de acceder a personal sanitario que pueda suministrar
cuidados tras la exposición. Este procedimiento debería asegurar que la inmunoglobulina
para la hepatitis B (HBIG), la vacuna contra la hepatitis B y los medicamentos
antirretrovirales para la profilaxis posterior a la exposición al VIH se encuentren
disponibles para su administración oportuna en el lugar de que se trate o en el exterior.
63. El personal de los servicios de salud debería recibir instrucciones para comunicar los
incidentes profesionales de exposición inmediatamente después de que se produzcan, en
particular debido a que el tratamiento es más probable que resulte eficaz si se administra
rápidamente. Los trabajadores que están sujetos a riesgos de exposición ocupacional a
agentes patógenos transmitidos por la sangre deberían estar familiarizados con los
principios y el proceso de gestión de las situaciones derivadas de la exposición como parte
de la orientación profesional y de la formación continua en el empleo.
Medidas inmediatas y seguimiento
64. En caso de que se produzca un incidente de exposición a sangre o a fluidos corporales,
deberían tomarse inmediatamente las siguientes medidas:
a) limpiar la sangre o fluidos corporales con jabón y agua. Si no se dispone de agua,
entonces debería utilizarse para limpiarse las manos una mezcla que contenga un 70
por ciento de alcohol;
b) en caso de contaminación de los ojos, aclarárselos manteniéndolos abiertos con agua
del grifo o con una solución salina (nunca deberían utilizarse soluciones a base de
alcohol para aclararse los ojos o las membranas mucosas), y
c) si la sangre penetra en la boca, escupirla y enjuagarse repetidas veces con agua.
65. Después de poner en práctica las medidas apropiadas de primeros auxilios esbozadas más
arriba, debería actuarse en la forma siguiente:
a) debería comunicarse el incidente a la persona designada en el lugar de trabajo y
rellenarse un formulario de denuncia de accidentes;
b) debería enviarse inmediatamente al trabajador que se encuentra en situación de riesgo
a la persona que haya sido designada para el lugar de trabajo, la cual evaluará el
riesgo de transmisión y discutirá las diversas opciones de pruebas médicas y de
tratamiento y, en caso necesario, se ocupará de enviar a dicho trabajador a servicios
externos, y
c) debería asimismo ofrecerse al trabajador el acceso a consultas apropiadas, teniendo
presente que las pruebas deberían hacerse conforme a la práctica reglamentaria sobre
la conveniencia de obtener el consentimiento del interesado con pleno conocimiento.TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc 23
de causa (por ejemplo, acepta o no acepta) y de proporcionarle asesoramiento (por
ejemplo, asesoramiento previo o posterior, o ambos), tal como se detalla más abajo.
Mantenimiento de registros
66. Debería elaborarse y mantenerse en consulta con los trabajadores y sus representantes un
sistema de registro de los incidentes de exposición ocupacional a sangre o a fluidos
corporales. Este sistema debería ser compatible con los requisitos nacionales en materia de
registro y notificación de los accidentes y enfermedades profesionales. El sistema debería
prever la recopilación, el desarrollo y el intercambio de información entre los
representantes de los empleadores y de los trabajadores. Asimismo, debería garantizar la
confidencialidad. Los informes de todos los incidentes deberían estar documentados y
mantenerse en el lugar de trabajo.
Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre el registro y la notificación de los
accidentes de trabajo y de las enfermedades profesionales, 1995 32 .
Esquema resumido para la gestión de la exposición en el trabajo a agentes patógenos
transmitidos por la sangre 33 (hoja informativa núm. 10).
Updated U.S. Public Health Service Guidelines for the Management of Occupational Exposures to
HBV, HCV, and HIV and recommendations for Post-exposure Prophylaxis, 2001 33 .
Cuidados, tratamiento y asistencia 6, 43
67. El suministro de cuidados, tratamiento y asistencia al personal de los servicios de salud
aquejado del VIH, independientemente de cómo se produjo el contagio, reduce la pérdida
de competencias y experiencia esenciales y minimiza el deterioro de los cuidados
proporcionados. También respeta el derecho de los trabajadores a permanecer en su
empleo mientras se encuentren capacitados para trabajar, les permite mantener sus ingresos
y contribuye a su bienestar general. En la medida de lo posible, los empleadores deberían
establecer amplios programas de atención, tratamiento y asistencia que combinen
disposiciones específicas para los trabajadores enfermos o con un miembro de su familia
enfermo, con otras disposiciones generales como parte de un conjunto de medidas de
protección social al alcance de todos los trabajadores. Los componentes esenciales de tal
programa se especifican y describen más abajo.
Consultas y pruebas médicas voluntarias
68. La aceptación de la prueba de detección del VIH depende de una mejor protección contra
el rechazo y la discriminación, así como del acceso garantizado a servicios integrados de
prevención, tratamiento y cuidado. Según los principios fundamentales de la prueba de
detección del VIH conocidos como las "3 C", la prueba debe efectuarse sobre la base de
32 OIT: Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre el registro y la notificación de los
accidentes de trabajo y de las enfermedades profesionales (Ginebra, 1996), .
33 Updated U.S. Public Health Service Guidelines for the Management of Occupational Exposures
to HBV, HCV, and HIV and recommendations for Post-exposure Prophylaxis. Morbidity and
Mortality Weekly Report, 29 de junio de 2001, vol. 50, núm. RR-11. Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades, Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos,
Atlanta,
un consentimiento dado con pleno conocimiento de causa, que vaya acompañada de
consultas, y la confidencialidad debe garantizarse. El ONUSIDA y la OMS fomentan el
recurso a pruebas rápidas de manera que los resultados se faciliten con prontitud y puedan
ir seguidos inmediatamente de asesoramiento tanto para las personas seropositivas como
para las que no están infectadas por el virus, y de tratamiento si fuera necesario. Las
consultas, en particular el envío a servicios especializados apropiados, constituyen
asimismo una parte esencial de los programas de asistencia y apoyo a los trabajadores
infectados por el VIH/SIDA.
69. Las pruebas 34, 35 de detección del VIH no deberían efectuarse en el lugar de trabajo, salvo
en la forma especificada en el Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT. Incluso
fuera del lugar de trabajo, estas pruebas deberían ser el resultado de un consentimiento
voluntario y con pleno conocimiento de causa y realizadas por personal debidamente
calificado, respetando estrictamente su carácter confidencial. No debería exigirse la prueba
de detección del VIH en el momento de la contratación, como requisito para la
continuación de la relación de trabajo o en relación con la cobertura del seguro.
70. Deben realizarse sondeos de manera independiente o pruebas epidemiológicas anónimas,
ya sea para evaluar las tendencias de la infección por el VIH o su repercusión en el sector
de la salud o en el país en su conjunto a reserva de que cumplan con los principios éticos
de la investigación científica, la ética profesional y la protección de los derechos
individuales y la confidencialidad, y de que respeten el anonimato.
71. Se debería ofrecer a los trabajadores que deseen saber si están infectados por el VIH la
realización de pruebas voluntarias e informarles sobre la posibilidad de realizarlas, y
normalmente estas pruebas deberían efectuarse fuera del lugar de trabajo. De existir
servicios médicos adecuados, se podrá proceder a una prueba voluntaria a petición del
interesado y, de ser necesario, con su consentimiento por escrito y con su pleno
conocimiento de causa, y previo asesoramiento de un representante de los trabajadores si
así se solicita.
Divulgación y confidencialidad
72. La divulgación voluntaria por una persona de su infección por el VIH tiene muchas
consecuencias y debe ser únicamente una decisión personal. La confidencialidad en el
lugar de trabajo significa que las personas infectadas por el VIH tienen pleno control sobre
la decisión de informar o no de su situación a sus colegas y sobre la forma de hacerlo. El
personal de los servicios de salud puede decidir no revelar en el trabajo cuál es su situación
por miedo a enfrentarse a un rechazo por parte del empleador o de los colegas. En un lugar
de trabajo seguro y decente, en donde los trabajadores tienen información sobre el VIH y
en donde se prohíbe la discriminación, las personas infectadas por el virus es más probable
que se muestren abiertas con respecto a su situación y que soliciten asesoramiento y
tratamiento. Este ambiente de trabajo a su vez fomenta la adopción de comportamientos
preventivos.
73. Debería mantenerse la confidencialidad de todo el historial médico de los trabajadores que
hayan estado expuestos a sangre o a fluidos corporales. Se podría poner a disposición de
34 Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre el VIH/SIDA y el mundo del trabajo,
op. cit.
35 UNAIDS/WHO Policy statement on HIV testing, junio de 2004, http://www.who.int/hiv/pub/vct/statement/en..25
todos los trabajadores información analítica sobre todos los incidentes de exposición que
se hayan producido en una determinada institución de asistencia sanitaria en la forma en
que haya sido convenido por medio de consultas entre los representantes de los
empleadores y de los trabajadores. Deberían establecerse procedimientos para afrontar y
reducir al mínimo las violaciones de la confidencialidad en el lugar de trabajo.
Tratamiento
74. La disponibilidad de tratamiento antirretrovírico constituye un componente esencial de las
estrategias para que el personal sanitario infectado por el VIH pueda seguir en su empleo y
ser productivo. También contribuye a reducir el rechazo y la discriminación al poner de
relieve las ventajas de un tratamiento apropiado. En la medida de lo posible, los
empleadores deberían garantizar que el personal sanitario que lo necesite pueda tener
acceso gratuitamente al tratamiento antirretrovírico, así como al tratamiento de las
infecciones oportunistas, y a asesoramiento sobre nutrición y vida sana.
Seguridad en el empleo y ascenso profesional
75. Los trabajadores sanitarios que contraen el VIH permanecerán activos durante muchos
años. Los que desde del punto de vista médico estén capacitados para trabajar no deberían
sufrir de discriminación ya sea en lo que se refiere a la seguridad en el empleo o a las
posibilidades de adiestramiento o de promoción. La gestión apropiada del VIH, en
particular el suministro de tratamiento antirretrovírico, puede mejorar en gran medida la
salud en general y la esperanza y calidad de vida.
Condiciones de trabajo
76. Los empleadores de los servicios de salud deberían proporcionar a los trabajadores, en la
medida de lo posible, planes de prestaciones tales como remuneración en caso de
enfermedad, seguro médico y otras indemnizaciones. Deberían aplicar estos regímenes de
manera justa y equitativa a todos los trabajadores. El personal sanitario infectado por el
VIH/SIDA no debería ser objeto de discriminación en lo que se refiere a su acceso a
prestaciones sociales y otros beneficios reglamentarios. Al mismo tiempo, podría ser
necesario realizar adaptaciones para responder a la manera en que se desarrolla la
enfermedad, por ejemplo prolongado la licencia por enfermedad y, de ser necesario, la
cobertura de otras prestaciones. Si debieran ajustarse las disposiciones o regímenes
vigentes para tomar en consideración las necesidades especiales resultantes de las
enfermedades derivadas de la infección del VIH, esto debería ser objeto de negociación
entre el personal directivo y el sindicato o los representantes de los trabajadores.
Acondicionamiento razonable
77. El acondicionamiento razonable se refiere a las adaptaciones administrativas o prácticas
hechas por el empleador para ayudar a los trabajadores aquejados de una enfermedad o
discapacidad a realizar su trabajo. Los empleadores, en consulta con los trabajadores y con
sus representantes, deberían tomar medidas para adaptar, de manera razonable, el lugar de
trabajo o la situación de todo trabajador que padezca enfermedades derivadas del SIDA.
Estas medidas podrían consistir en:
a) reordenar la jornada de trabajo;
b) modificar sus tareas y empleos;.26
c) adaptar el equipo y el entorno de trabajo;
d) adaptar las pausas de descanso;
e) conceder tiempo libre para las consultas médicas;
f) autorizar licencias por enfermedad flexibles, y
g) prever el trabajo a tiempo parcial y establecer modalidades de reincorporación al
trabajo.
78. Al igual que las demás condiciones de trabajo, es preferible que el acondicionamiento
razonable se defina de común acuerdo entre los representantes de los empleadores y de los
trabajadores. Es importante que los demás trabajadores perciban el acondicionamiento
razonable como una prestación de asistencia necesaria y no como un trato favorable.
Programas de asistencia a los trabajadores
79. Por medio de los programas de asistencia a los trabajadores, se proporciona a éstos
información, asesoramiento y ayuda sobre una amplia serie de cuestiones personales,
sanitarias y jurídicas. Esos programas pueden constituir un marco efectivo para los
servicios de promoción de la salud en el lugar de trabajo. La prestación de asistencia puede
extenderse a los familiares de los trabajadores con el fin de que puedan participar en los
programas aplicados en el lugar de trabajo Š por ejemplo, la educación sobre prevención
del VIH Š o de ayudarles a hacer frente a la enfermedad o dependencia del trabajador
afectado. Podría ser necesario establecer tales programas o bien ampliarlos para abarcar
una serie más amplia de servicios. Esto debería hacerse en consulta con los trabajadores y
sus representantes y podría asimismo englobar a las autoridades gubernamentales
competentes y a otras partes interesadas.
80. Los grandes servicios de salud pública tales como los hospitales importantes deberían
establecer o reforzar una asistencia familiar integrada. De estar fuera del alcance de los
pequeños empleadores privados o no gubernamentales, dicha asistencia podría
proporcionarse por medio de la colaboración entre varias partes, con inclusión de las
autoridades sanitarias y las agrupaciones locales, y de los grupos de ayuda mutua. Las
organizaciones de empleadores y de trabajadores deberían examinar conjuntamente cómo
podrían contribuir a la prestación de asistencia a los familiares de los trabajadores
aquejados de VIH/SIDA. Debería alentarse la participación en este proceso de las mujeres,
los proveedores de cuidados y las personas infectadas por el VIH/SIDA.
Protección social
81. La protección social es un componente importante del suministro de cuidados y asistencia.
Incluye no sólo los regímenes oficiales de la seguridad social, sino también los regímenes
privados o no reglamentarios con objetivos similares, tales como las mutualidades o los
regímenes de pensiones laborales. Estos regímenes pueden incluir, por ejemplo, la
solidaridad de grupo, una subvención del empleador o tal vez un subsidio del gobierno.
Algunos convenios de la OIT se ocupan de los aspectos de la protección social y la
seguridad social (véase el anexo 2).
Gestión de los conocimientos
82. La capacidad de generar, procesar y divulgar conocimientos es indispensable para
desarrollar estrategias eficaces de seguridad y salud en el trabajo y verificar sus ventajas.. 27
Entre los principales componentes de la documentación básica hay que incluir las normas
internacionales del trabajo, la legislación nacional, las normas técnicas, los datos
estadísticos y sobre evaluación de los riesgos, las prácticas óptimas y el material de
formación teórica y práctica. Los empleadores deberían garantizar el suministro y
utilización en el lugar de trabajo de los instrumentos apropiados para recopilar, analizar y
organizar la información necesaria para mantener un entorno de trabajo seguro y saludable.
83. La educación y adiestramiento deberían estar adaptados a las necesidades y situaciones de
los diferentes grupos beneficiarios. Los empleadores deberían celebrar consultas con las
autoridades competentes para recabar información adicional en materia de formación y
colaborar en la elaboración de programas de educación y de material didáctico. En la
medida de lo posible, los principales hospitales, en particular los hospitales docentes, y
otros servicios de salud especializados deberían colaborar en la elaboración de sistemas de
intercambio de conocimientos destinados a proporcionar educación, adiestramiento e
información a servicios de salud de menor tamaño, incluidos los servicios de salud
ocupacional, y a los servicios comunitarios y los proveedores de cuidados a domicilio.
Debería alentarse a los hospitales y clínicas privados a contribuir a facilitar el flujo
efectivo de conocimientos y competencias en el sistema nacional de atención de salud.
Asimismo, éstos deberían afiliarse a las asociaciones profesionales que permiten el acceso
a conocimientos científicos avanzados de instituciones académicas y científicas nacionales
y, de ser posible, internacionales.
84. El empleador debería garantizar que se facilite al personal de los servicios de salud, en
todos los niveles, la información y adiestramiento necesarios para mantener, actualizar y
mejorar sus competencias y conocimientos. Los programas de información y
adiestramiento de los trabajadores deberían permitirles:
a) aumentar su toma de conciencia sobre los riesgos resultantes de la exposición a
agentes patógenos presentes en la sangre;
b) comprender las formas de transmisión de los agentes patógenos presentes en la
sangre, con particular énfasis en el VIH, la hepatitis B y la hepatitis C;
c) reconocer y prever situaciones en que puedan verse expuestos a agentes patógenos
presentes en la sangre;
d) aplicar por orden jerárquico los controles fijados para impedir la exposición (véase la
hoja informativa núm. 4);
e) respetar las precauciones universales y otras prácticas laborales sobre seguridad y
salud;
f) utilizar y manipular los instrumentos, y el equipo y la ropa de protección personal;
g) estar al corriente de sus obligaciones jurídicas en relación con la seguridad y la salud
en el trabajo;
h) informar rápidamente y de manera precisa a la persona designada en el lugar de
trabajo de cualquier exposición a sangre o a fluidos corporales;
i) iniciar el seguimiento y la profilaxis posteriores a la exposición en la forma apropiada
de acuerdo con el nivel de riesgo de transmisión evaluado;
j) aplicar procedimientos de diálogo social para mejorar la práctica laboral, y
k) participar en un comité de seguridad y salud en el trabajo o respaldarlo..28 TMEHS-2005-02-0288-22-Sp.doc
85. Los programas de información y adiestramiento para el personal directivo y los
supervisores deberían permitirles:
a) garantizar que los trabajadores expuestos a riesgos estén informados sobre la
transmisión de los agentes patógenos presentes en la sangre tales como el VIH, la
hepatitis B y la hepatitis C;
b) poner en práctica y administrar los diferentes componentes de la seguridad y la salud
en el trabajo, especialmente las prácticas laborales seguras, así como las medidas
preventivas y protectoras;
c) conocer las obligaciones jurídicas en relación con la seguridad y la salud en el
trabajo;
d) asegurar que se comuniquen cualesquiera incidentes que hayan tenido como resultado
la exposición al VIH y a la hepatitis B y C y que se adopten medidas correctivas, y
e) enviar a los trabajadores a personal especializado con fines de información,
orientación y asesoramiento si se muestran preocupados en relación con la exposición
en general o en el contexto de la profilaxis posterior a la exposición.
86. El material didáctico debería basarse en información y metodología validadas que estén
aceptadas a nivel nacional por los organismos reguladores y los especialistas del sector.
Los trabajadores de los servicios de salud con competencias y experiencia demostradas son
con frecuencia los mejores instructores y, por consiguiente, se recomienda en todos los
niveles la educación a cargo de los compañeros de trabajo, así como una metodología
participativa. En la hoja informativa núm. 11 se facilita una lista de los componentes
esenciales que deberían incluirse en los programas de información, educación y
adiestramiento para el personal de los servicios de salud.. 29 |